La dura derrota que sufrió ayer el oficialismo en la elección presidencial deja en difíciles posiciones a los principales actores de la coalición gobernante. Y los pone frente a desafíos como el de tener que definir la orientación que seguirán en adelante y la forma en que ejercerán su nuevo rol, ser oposición.
Ante ese escenarios, expertos coinciden que que sin "duda" habrá sectores que volverán a la retórica que tuvieron durante el segundo gobierno del ex presidente Sebastián Piñera.
Cómo queda el oficialismo
José Miguel Izquierdo, director de Imán Comunicación y asesor de Gobierno durante la primera administración del ex Presidente Sebastián Piñera, sostiene que el Partido Comunista queda en una posición de aislamiento.
A su juicio, "la derrota profundiza la percepción de que su agenda rupturista dificulta la reconstrucción de mayorías y refuerza la idea, especialmente en el Socialismo Democrático, de avanzar hacia un reordenamiento sin el PC".
En relación al Frente Amplio, en tanto, asegura que entra en una "crisis de hegemonía". "La derrota bajo un gobierno conducido por sus propios liderazgos abre una etapa de revisión profunda de estrategia, liderazgo y proyecto. Su futuro dependerá de si se inclina hacia una alianza moderada con el Socialismo Democrático o si persiste en posiciones más maximalistas alineadas con el PC, lo que tensiona su cohesión interna en un momento crítico", asegura.
"El Socialismo Democrático -añade- queda en mejor pie, relativo a que será pivote de la moderación de la izquierda. La magnitud de la derrota valida su tesis de moderación y experiencia, y abre espacio para reconstruir un proyecto socialdemócrata propio, distendido de los conflictos históricos con Apruebo Dignidad".
"El Socialismo Democrático queda en mejor pie, relativo a que será pivote de la moderación de la izquierda. La magnitud de la derrota valida su tesis de moderación y experiencia, y abre espacio para reconstruir un proyecto socialdemócrata propio, distendido de los conflictos históricos con Apruebo Dignidad"
José Miguel Izquierdo, director de Imán Comunicación
Mientras, sobre la DC, indica que "enfrenta un riesgo existencial". "La derrota confirma un declive sostenido en influencia electoral y capacidad orgánica. Su margen para proyectarse de forma autónoma es muy limitado, y se aproxima a decisiones estructurales: converger con el Socialismo Democrático, intentar sostener una identidad de centro ya muy reducida o asumir una fragmentación aún mayor", asegura.
Aldo Cassinelli, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Autónoma de Chile, señala que entre el FA y el PC tendrán que ver si "van a seguir funcionando como una sola fuerza política o van a mantenerse en función dividida de dos fuerzas que se constituyen para algunas temáticas como una, pero que eventualmente pueden estar en negociaciones con el gobierno en temáticas que sean de interés mutuo".
Desde el Instituto Res Pública, Constanza Schneider, sostiene que "esta derrota puede ser una oportunidad para rearmar una oposición que convoque a la centro izquierda y de representación a ese sector de la ciudadanía".
Asimismo, indica que habrá que observar si "el partido comunista y frente amplio son coherentes con sus duras críticas a la actual oposición y durante los próximos años toman una posición colaborativa por el bien del país o retomarán la actitud que tuvieron frente al expresidente Sebastián Piñera".
En relación a la futura oposición, Roberto Munita, director de Administración Pública de la U. Andrés Bello, sostiene que "habrá sectores que volverán a la misma dinámica y a la misma retórica que tuvieron frente a Piñera".
"A pesar de que el FA será la bancada más grande de la nueva oposición, muchos en la centroizquierda comenzarán a reflexionar de que no sirve de nada anclarse tan a la izquierda, porque después resulta más difícil conseguir un triunfo en la presidencial, en donde hay que hablarle a votantes más moderados y apolíticos. En este escenario, puede que incluso salgan fortalecidas figuras como Carolina Tohá", indica también.
Los principales desafíos
Izquierdo sostiene que "el progresismo tiene varios desafíos simultáneos" tras cosechar la peor derrota desde el retorno de la democracia.
"El primero -dice- es reconstruir un relato común, en un escenario donde deberán optar entre una orientación reformista, rupturista o una ambigüedad que ha demostrado ser electoralmente insuficiente".
"A pesar de que el FA será la bancada más grande de la nueva oposición, muchos en la centroizquierda comenzarán a reflexionar de que no sirve de nada anclarse tan a la izquierda"
Roberto Munita
"A ello se suma el reordenamiento de alianzas, donde el Frente Amplio debe definir si se acerca al Socialismo Democrático para formar una coalición moderada o si mantiene la dispersión que debilitó al oficialismo", agrega.
Y añade que otro desafío tiene que ver con "la emergencia de nuevos liderazgos capaces de cerrar el ciclo político marcado por la figura de Boric y dar credibilidad a una nueva oferta progresista".
Para Schneider, de Res Pública, en tanto, los "principales desafíos tienen que ver con la fuerte derrota electoral que en parte tiene que ver con el descontento de la ciudadanía con la gestión del gobierno. Por un lado, la centro izquierda debe buscar la forma de reencontrar a sus antiguos votantes y rearmarse, considerando que algunos partidos se enfrentan a la disolución".
Mila Ríos, académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Alberto Hurtado, explica que en el oficialismo deberán "preguntarse si efectivamente comparten un proyecto político común, más allá de las alianzas electorales que responden a incentivos coyunturales. Esto exige un proceso de reflexión profunda, sin autocomplacencia, orientado a revisar críticamente las bases programáticas y estratégicas de cada partido y del conglomerado en su conjunto".
