SNet nació de una contradicción: un país donde proliferan jóvenes talentos informáticos con alta escolarización ha sido uno de los más lentos del mundo en el desarrollo de internet.
Muchos de esos jóvenes querían "turbear" (jugar) y fueron encadenando sus computadoras con cables o aparatos de transmisión que no se comercializan en el país. Incluso estaba prohibida la importación de varios de esos aparatos de conexión inalámbrica hasta hace pocas semanas. Pero se las ingeniaron.
Esas redes se fueron conectando hasta enlazar recientemente a cerca de 40.000 personas en La Habana y estructurar una administración: nació la Street Network (Snet, red de la calle), bajo la tolerancia oficial.
Según sus miembros, su composición se "parece a Cuba", pues hay de todas las razas y edades. Pero debieron acogerse a un rígido reglamento que prescribió pornografía, política, discriminación y ofensas. La conexión no tiene salida al mundo online.
En La Habana existen nueve servidores principales, ubicados en casas, patios, techos. A éstos se conectan de forma inalámbrica cientos de nodos repartidos por la ciudad que a su vez están conectados físicamente a usuarios finales. Toda la tecnología ha sido financiada por ellos. Cada servidor tiene un administrador. La red tiene cortafuegos, antivirus. Los usuarios pagan 1 dólar para financiar la tecnología. Ningún administrador cobra salario, es trabajo voluntario.
Vídeojuegos como Dota o Fortnite, Wikipedia, diccionarios, enciclopedias médicas, antivirus, series de televisión, películas, documentales. Todos circulan de manera "informal", casi la única ventaja del embargo estadounidense, que imposibilita reclamaciones legales.
La nueva legislación prohíbe la tirada de cables de una calle a otra, cosa que SNet hizo durante años. Otra cosa es que, para tener mayor alcance, los routers de SNet cuentan con una potencia que hasta triplica la que permite la ley para particulares.
Según las autoridades del Mincom, si no se respetan las disposiciones establecidas, puede ocasionarse interferencia a los servicios estatales, a la población y a las dependencias gubernamentales.
Las autoridades han designado a una entidad estatal, Joven Club de Cuba (JCC), para que sirva de enlace entre todas las pequeñas redes privadas, respetando las regulaciones recientes. SNet terminará absorbida por el gobierno. Tras algunas reacciones de negativa y resistencia, se llegó a acuerdos y en ese proceso están actualmente