Boca y los suyos agradecen la mano que les dio Atlas

BUENOS AIRES.- Con mucha angustia y una gran ayuda del Atlas de México, el campeón Boca Juniors sigue con vida en la Copa Libertadores. Ese es el resumen que realizó hoy la prensa transandina. Ni más ni menos.

Boca venció 3-0 a Maracaibo de Venezuela, en Buenos Aires, pero ese resultado hubiese sido insuficiente de no haber sido por el empate 1-1 que Atlas le arrancó a Colo Colo, en Santiago de Chile, en ambos casos en la noche del martes en el desenlace del Grupo 3.

Aún perdiendo 1-0 ó 2-1, los de Guadalajara se hubiesen clasificado, al igual que Colo Colo, mientras que Boca se quedaba afuera por diferencia de goles.

"Boca gritó tres veces y necesitó una mano del Atlas", titula el martes el diario Clarín. "Qué ocasión para hacer un Brindisi!", subraya el deportivo Olé a todo lo ancho de su portada, aludiendo al técnico argentino del Atlas Miguel Angel Brindisi, que fue jugador y timonel de Boca.

Colo Colo ganaba 1-0 y festejaba así la clasificación, junto con el propio Atlas, con Boca por entonces eliminado. Pero el argentino del Atlas Diego Colotto, ex defensor de Estudiantes, metió el gol del empate a los 66 para consolidar la clasificación del Atlas, dejar afuera a Colo Colo y permitir el avance de Boca por mejor diferencia de goles que los chilenos.

Atlas ganó el grupo con 11 puntos. Boca y Colo Colo sumaron 10 y Maracaibo apenas dos.

En verdad, cuando Boca ganaba solo 2-0 también estaba eliminado, pero se salvó por la mano del Atlas y por el tercero de Juan Román Riquelme, después que Gabriel Paletta metiese el primero y Jesús Dátolo el segundo. Para quedar a salvo sin depender de nadie, Boca necesitaba ganar por cinco goles de diferencia.

Al hacer alusión a Brindisi y Colotto, Olé dice que "entre argentinos no se podían fallar y toda la Bombonera por un ratito se hizo hincha del Atlas. Gracias, che, por la manito".

Sobre el final del partido en Buenos Aires, el público y los jugadores de Boca estaban pendientes del choque en Chile, donde un gol más de Colo Colo hubiese dejado a Boca afuera.

Clarín destaca que, mientras en la Bombonera la pelota seguía rodando, "Martín Palermo por un lado y Sebastián Battaglia por el otro, recibieron la noticia de que en Chile habían empatado 1-1. Fueron los ídolos, esos que tantos trofeos tienen sobre sus espaldas, los que le comunicaron la noticia a su gente. Y el estadio entonces estalló".

La Nación dice que "el final en Chile cayó en La Boca como un baño de felicidad. Otra vez, aún en una noche sin inspiración, Boca salió a flote con sus cartas de siempre en la copa: empuje, oficio y seguridad en sus fuerzas".