SANTIAGO.- Un llamado al gobierno para que realice una mejor evaluación de los efectos que tendría la renegociación del arancel máximo consolidado para el azúcar ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la deje sin efecto, realizó la Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (ANBER).
El gerente general de la entidad, Jaime Gatica, indicó que esta medida no sólo afecta a los consumidores chilenos por tener que pagar precios superiores a los internacionales, sino que también "a la imagen del país, que nuevamente muestra señales de retroceso en su política comercial".
Sostuvo que de tener éxito la renegociación, ello significará elevar el actual arancel de 31,5% a más del 100% y establecer una cuota para la importación de azúcar de al menos 50.000 toneladas provenientes de Argentina, Guatemala y Brasil.
A juicio de Gatica, esta situación es una mala señal porque abre la posibilidad de que los sectores interesados presionen para aumentar la protección interna del azúcar lo que implicaría un aumento del precio a consumidores.
"Llama la atención cómo el gobierno accede a las presiones de grupos de interés sin importar el daño que le hace a los consumidores y al país en general; sin escuchar ni prever el daño que le hace a los consumidores y al país en general; sin escuchar ni prever el daño que le hace a otros sectores productivos ni a las exportaciones locales", señaló el ejecutivo.
Agregó que un eventual incremento de la protección arancelaria tendrá efectos "claramente regresivos desde el punto de vista de la distribución del ingreso", por cuanto el gasto en azúcar pesa 11 veces más en la canasta de consumo del 10% más pobre que en la del 10% más rico.
Gatica puso énfasis en que la decisión de renegociar el arancel consolidado para el azúcar "es la medida más proteccionista de la última década... Lo que necesita el país son medidas para incentivar el desarrollo exportador".
Entre las consecuencias de la iniciativa, destacó el mayor grado de vulnerabilidad del sector exportador y complicaciones en las futuras negociaciones de comercio internacional, así como el traspaso del mayor precio que pagarán los consumidores nacionales por el azúcar a productores extranjeros.
"Chile no puede perder consistencia en su política comercial, ya que en el último tiempo se han tomado una serie de medidas, como salvaguardias y otras, que han afectado nuestra credibilidad ante nuestros socios comerciales, y eso tarde o temprano repercutirá en nuestro sector exportador", señaló.