VIENA.- La coalición de Gobierno de Austria, formada por el partido socialdemócrata SPO y democristiano OVP, anunció hoy un plan de austeridad por valor de unos 26.700 millones de euros, que será aplicado de aquí al año 2016.
Con estas medidas, que en más del 70% representan recortes del gasto público y en cerca del 30% nuevos impuestos y tasas, Austria quiere consolidar sus cuentas públicas.
La nación europea perdió en enero pasado su nota máxima de solvencia de la agencia internacional de calificación de riesgo Standard & Poor’s (S&P), sobre todo por la fuerte exposición de su economía a los países del Este de Europa y las estrechas relaciones comerciales con la vecina Italia.
En ese sentido, el canciller federal y líder del SPO, Werner Faymann, dijo hoy ante la prensa en Viena que con este paquete de medidas, que fue negociado durante las últimas diez semanas, Austria quiere "hacerse independiente de los mercados financieros".
Además, la coalición propondrá al Parlamento una reducción del 10 % de los diputados en todas las asambleas nacionales y regionales, "como un acto simbólico de ahorro", aseguró el vicecanciller y jefe del OVP, Michael Spindelegger.
Las medidas anunciadas hoy pretenden reducir gradualmente el déficit presupuestario, hasta llegar a cero en 2016, con el objetivo a mediano plazo de bajar la deuda pública del actual 73% del Producto Interior Bruto hasta el 60% exigido por el Pacto de Crecimiento y Estabilidad de la zona euro.
La mayor parte del volumen de ahorro generado por el paquete proviene de los jubilados y funcionarios -que sufrirán aumentos por debajo de la inflación y congelaciones salariales, respectivamente- nuevos impuestos y medidas de ahorro en las administraciones de los nueve estados federados del país.
Concretamente, el Gobierno ha pactado una ligera subida de impuestos para los asalariados que ganen más de 187.000 euros anuales y los empresarios con beneficios superiores a los 175.000 euros al año, además de un impuesto sobre los beneficios generados de la compra-venta de inmuebles.
El paquete incluye también una tasa sobre las transacciones financieras a partir de 2014, con lo que desea ingresar unos 500 millones de euros por año, aunque sólo en caso de que ésta sea introducida por toda la zona euro.
Mientras que el Gobierno se mostró satisfecho por lo pactado, los partidos de la oposición -ultraderechistas, liberales y ecologistas- criticaron este plan como insuficiente y socialmente poco equilibrado.