YUGOSLAVIA.- Con el objetivo de distanciarse de Belgrado ante la comunidad internacional, el Gobierno montenegrino recibió hoy al ministro croata de Exteriores, Tonino Picula, y anunció un período de relaciones "excepcionalmente buenas" con Croacia.
"Esta visita marca el comienzo de unas buenas relaciones con Croacia, de las que somos partidarios por el bien de las dos repúblicas, por el bienestar de la paz y la estabilidad en la región", comentó el jefe de la diplomacia montenegrina, Branko Lukovac, en una rueda de prensa conjunta con Picula.
La visita de Picula a Montenegro tiene lugar a raíz de la cumbre celebrada el pasado 24 de junio en un balneario croata entre el presidente de Croacia, Stjepan Mesic, y el montenegrino, Milo Djukanovic.
Aquella reunión, al igual que la celebrada hoy, forma parte de los esfuerzos de Montenegro por probar a la comunidad internacional la orientación pro europea y democrática de esta república de 600.000 habitantes que con Serbia (de 10 millones) forma la federación yugoslava.
A su vez, las nuevas autoridades de Croacia, que a comienzos de año desplazaron del poder a la nacionalista Comunidad Demócrata Croata (HDZ) del difunto presidente croata Franjo Tudjman, intentan consolidar su imagen europeísta y superar los problemas que el antiguo régimen mantuvo pendientes con los vecinos.
"Croacia es ahora un factor fiable tanto para la Unión Europea como para la OTAN (...) Nos gustaría influir con la fuerza de nuestro giro político también en los procesos democráticos en el entorno", dijo Picula aludiendo a ese cambio.
Hace tres años, Djukanovic rompió con su antiguo aliado, Slobodan Milosevic, responsabilizándole del aislamiento internacional del país y exigiendo su retirada del poder para abrir el camino de las reformas y democratización de la federación yugoslava y amenazando con la vía independentista si Belgrado mantenía su actitud.
"El eventual camino hacia un Estado independiente dependerá de la capacidad de las fuerzas democráticas en Serbia de atender los deseos de Montenegro por establecer unas relaciones equitativas (en la Federación) y de girar conjuntamente hacia el desarrollo de la democracia y la integración europea", precisó Lukovac.
Tras haber asumido todas las competencias de un Estado independiente, incluida la emisión de una moneda propia, y tras negar toda legitimidad al Gobierno federal, el ejército yugoslavo es en la actualidad el mayor lazo de Montenegro con Serbia.
"En este momento la posición política del Gobierno de Montenegro es muy delicada, pero eso representa un reto más para ellos como lo es también para el Gobierno croata", comentó Picula, quien también se entrevistó con el primer ministro de Montenegro, Filip Vujanovic.
Croacia y Montenegro formaron junto con Serbia y otras tres repúblicas la antigua Yugoslavia socialista, disuelta en 1991, y juntas ocupan la mayor parte de la costa oriental del Adriático.
Los dos ministros analizaron también la situación del istmo de Prevlaka, el principal diferendo territorial entre Croacia y Yugoslavia, que tras la disolución de la antigua Federación quedó en territorio croata pero que Montenegro exige para cerrar por el norte su principal golfo, Bocas de Cátaro.
"Queremos que mediante la colaboración, la liberalización del régimen de visados, y con un mejor flujo de personas y productos, el problema de Prevlaka empiece a observarse ante la ONU bajo otra luz", explicó el ministro croata.
Con el objetivo de facilitar el régimen aduanero, los dos ministros concertaron para septiembre próximo la firma de varios acuerdos bilaterales.
"Montenegro y Croacia, probablemente en septiembre, suscribirán un acuerdo sobre libre comercio que facilitará el flujo de productos sin contribuciones, un acuerdo para liberalizar el régimen de visados y para arreglar los problemas fronterizos", dijo Picula.
Lukovac y Picula también comentaron la crisis entre Montenegro y Serbia coincidiendo en que el problema "es importante para la estabilidad de toda la región".
"La comunidad internacional ha aceptado, según todos los indicios, que Montenegro aparezca independientemente ante las organizaciones internacionales", evaluó Lukovac aludiendo a los recientes pasos en esa dirección adoptados por Montenegro.
Lukovac y Picula presentaron este mes ante la ONU una declaración conjunta sobre el problema de Prevlaka, poco antes de que se prolongara la misión de la ONU en ese istmo, a la vez que Podgorica presentó ante el Consejo de Seguridad, por medio de la delegación de Eslovenia, la situación en la Federación yugoslava.
Antes de intensificar la colaboración con Croacia, el Gobierno de Filip Vujanovic ya inició el diálogo con los dirigentes de Albania, otro país vecino con el que Yugoslavia rompió las relaciones diplomáticas el año pasado al comienzo de los bombardeos de la OTAN.