BUENOS AIRES.- Los accionistas de Aerolíneas Argentinas aprobaron una inyección de capital de 208,5 millones de dólares a fin de asegurar el funcionamiento de la compañía, que atraviesa por una crisis financiera que pone en riesgo su continuidad.
La línea de bandera argentina cerró el año pasado con unas deudas cercanas a los 900 millones de dólares y unas pérdidas de 240 millones, y ahora busca una salida para continuar en el mercado y garantizar los puestos de trabajo de sus 8.000 empleados.
La inyección de capital fue aprobada anoche, tras una junta de accionistas celebrada en la sede de la compañía, que formó parte de una serie de reuniones de la empresa y de sus filiales.
El principal accionista de Aerolíneas Argentinas es la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), de España, que tiene como socios, entre otros, al Estado argentino y a los trabajadores de la empresa.
De acuerdo a un comunicado aprobado al final de la reunión, el aporte irrevocable de los 208,5 millones se hará por "el accionista mayoritario'' de Aerolíneas Argentinas.
El accionista mayoritario de la empresa es la sociedad Interinvest, en la que están representadas, con participaciones directas o indirectas, la SEPI, Iberia, American Airlines y los bancos de inversión Merril Lynch y Bankers Trust.
Además, el Estado argentino tiene una participación directa del 5 por ciento en Aerolíneas Argentinas, y los trabajadores conservan el 10 por ciento que les dieron cuando la empresa fue privatizada, en 1990.
En la junta de accionistas que concluyó anoche se aprobó también la convocatoria de una nueva reunión para el 15 de septiembre, donde se espera la aprobación definitiva del Plan Director propuesto por la SEPI para sacar a flote la empresa.
La SEPI, que opera en Aerolíneas Argentinas desde febrero pasado, cuando abandonó esas funciones American Airlines, presentó en junio pasado un Plan Director parecido al que ejecutó para la compañía española Iberia y que le permitió remontar sus pérdidas.
De acuerdo a los informes oficiales, hasta que se reúnan de nuevo los accionistas se buscarán avances para poder aprobar el plan de la SEPI, y, para ello, Aerolíneas Argentinas considera imprescindible la colaboración de los trabajadores.
El comunicado dado a conocer al final de la reunión resalta que los accionistas mayoritarios recibieron positivamente el hecho de que el Gobierno argentino haya decidido estar en la capitalización de la compañía.
El Gobierno de Fernando de la Rúa había condicionado el aporte proporcional que le corresponde a que fuera viable el plan de la SEPI para sanear la empresa.
Entre las medidas anunciadas figura la de que el Ministerio de Trabajo haya resuelto abrir un procedimiento de "reestructuración productiva", a fin de comenzar una negociación con los sindicatos y "garantizar el mantenimiento de la paz social".
El plan que presentó la SEPI prevé, entre otros puntos, una capitalización de 650 millones de dólares, una inyección urgente de fondos para racionalizar los costos, la renegociación de sus deudas y hacer rentable la compañía en el plazo de un año.
Con el fin de reducir los costos, el programa, que sería aplicado hasta junio del 2003, propone la reducción de los salarios hasta un 20 por ciento, jubilaciones voluntarias y bajas incentivadas, puntos que han sido duramente criticados por los sindicatos.
La sociedad Aerolíneas Argentinas tiene unos 8.000 empleados en todas sus filiales, incluidos los 5.600 de la compañía aérea del mismo nombre y los 1.200 de su filial Austral.
El 85 por ciento del capital de Aerolíneas Argentinas es propiedad de la sociedad Interinvest, mientras que el 5 por ciento está en manos del Estado argentino y el 10 por ciento fue entregado a los trabajadores cuando la empresa fue privatizada.
Dentro de Interinvest, la sociedad de Andes Holding conserva el 80 por ciento, Iberia el 10 por ciento y American Airlines otro 10 por ciento.
Finalmente, en Andes Holding la SEPI tiene el 42 por ciento de las acciones, el grupo inversor Merril Lynch el 49 por ciento y el Bankers Trust el 9 por ciento.
