BRASILIA.- Miles de militantes del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra convergieron esta tarde frente a la sede de la embajada de Estados Unidos donde quemaron la bandera de ese país como parte de una protesta contra la política económica del gobierno brasileño.
La quema de la bandera de tres metros, con las iniciales del Fondo Monetario Internacional (FMI) inscritas en negro, fue el acto principal de una protesta realizada hoy por el MST, el movimiento campesino que lucha una reforma agraria radical en Brasil.
Mientras la bandera ardía desde una pira levantada frente al conjunto en la de las Embajadas de Brasilia, un grupo arrancó la placa que identificaba a la embajada y la destruyó.
"Excepto por esos incidentes, no hubo violencia", dijo un funcionario de la embajada. Unidades anti-motines de la policía se mantuvieron a prudente distancia dentro de omnibuses.
Advertidos con anticipación sobre la marcha y la quema de la bandera, la mayoría de los funcionarios fue autorizada a dejar el local.
"Las acciones del gobierno (de Brasil) son dictadas por el FMI el cual, a su vez, sigue las políticas dictadas por el gobierno de los Estados Unidos", dijo a la AP Christiane Campos, miembro de la directiva de Brasilia del MST.
"Las tasas elevadas de desempleo y la creciente pobreza resultan de esas políticas. Con esa acción demostramos que no queremos una economía sometida al control extranjero y que favorece a los ricos", dijo.
La marcha, una de las más numerosas registradas en esta ciudad, fue engrosada con la presencia de miles de mujeres campesinas que convergieron sobre Brasilia desde todo el país para demandar medidas contra la pobreza y la violencia en las zonas rurales. Algunas marchaban batiendo ollas vacías.
La marcha fue también un punto culminante del cuarto congreso del MST, que se realiza aquí desde el lunes.
El congreso decidió mantener la estrategia de ocupación de tierras para forzar mayor agilidad en el programa de reforma agraria.
Desde su fundación hace 21 años, la estrategia ha sido clave para asentar a miles de labradores en todo el país. Pero también ha ocasionado violencia, a menudo protagonizada por terratenientes que defendían sus propiedades.
Aunque el gobierno dice que ha distribuido en el último lustro más tierra que ningún otro gobierno en el pasado, el MST insiste en que el ritmo debería ser más rápido.
El MST sostiene que hay unas 5.000 familias actualmente acampadas cerca de "tierras improductivas" en varios estados. Citando datos gubernamentales, el MST dice que menos del 3 por ciento de los agricultores más ricos es propietario del 58 por ciento de toda la tierra agrícola brasileña.
"Tierra es lo que Brasil tiene más", dijo Ermilda Costa da Silva, labradora del estado nororiental de Pernambuco. "Si todos tuviéramos tierra, no habría que importar comida. No deberíamos estar importando maíz genéticamente modificado".
El congreso del MST también decidió promover un plebiscito del 2 al 7 de septiembre para decidir si Brasil debe pagar su deuda externa, estimada en 230.000 millones de dólares.
"El dinero que pagamos sólo en interés podría ser suficiente para proceder con una reforma agraria amplia y rápida" , dijo Christiane Campos, la dirigente del MST.