BELGRADO.- El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, adoptó hoy, a propuesta del Estado Mayor, la nueva doctrina militar del país sin participación de representantes de Montenegro, república autónoma en la que prosperan las tendencias secesionistas.
"La doctrina militar de la República Federal de Yugoslavia se fundamenta en la firme resolución de los pueblos serbio y montenegrino a defender la soberanía, la integridad territorial, la independencia y el orden constitucional de la Federación contra toda amenaza militar", indica un comunicado del Estado Mayor.
El presidente montenegrino, Milo Djukanovic, dejó de asistir a las reuniones del Consejo Supremo de Defensa hace un año, cuando empeoraron las relaciones entre Belgrado y Podgorica, capital de Montenegro.
Djukanovic, antiguo acólito incondicional de Milosevic, lidera hoy las fuerzas partidarias de separarse de Serbia con apoyo relativo de Occidente, sobre todo de EEUU.
Portavoces estadounidenses han advertido a Milosevic, la última vez el miércoles pasado, contra todo intento de intervenir en Montenegro.
Esa pequeña república ha dejado de acatar las órdenes de Belgrado y, hace un año, proclamó el marco alemán como moneda oficial.
No obstante, el Ejército federal yugoslavo sigue teniendo en su territorio 20.000 efectivos y vigilando las fronteras.
Djukanovic no se atreve a convocar su varias veces anunciado referéndum de autodeterminación por temor a no obtener la mayoría o, al menos, una mayoría tan holgada como para alejar el fantasma de la guerra civil.
Los observadores consideran que los secesionistas montenegrinos podrían rozar la mayoría absoluta con el apoyo de ese 25 por ciento de la población que no es cristiana ortodoxa, sino musulmana.
Una mayoría precaria de ese tipo irritaría a los ultranacionalistas montenegrinos pro serbios, cristianos ortodoxos y eslavos, podría dar pie a una breve guerra civil si Belgrado azuzara las pasiones.
La doctrina militar yugoslava adoptada hoy es definida como "de carácter defensivo" e insiste en la defensa de la integridad territorial y la Constitución, lo que apunta a que se trata de disuadir a Montenegro.
Tras la pérdida de hecho de la provincia serbia de Kosovo, administrada actualmente por la ONU con ayuda de unos 40.000 soldados de la OTAN, existe para los serbios el peligro de que Occidente apoye a los secesionistas de Montenegro, si Milosevic sigue en el poder.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Hubert Védrine, admitió el año pasado que Montenegro es una forma de presionar a la opinión pública serbia para que se desdiga de Milosevic.
Según los observadores, los secesionistas montenegrinos tienen prisa en consumar el máximo posible de separación para antes de que Milosevic caiga, pues la oposición liberal tampoco les concedería la independencia ni Occidente la apoyaría ya.
Milosevic impuso, con su mayoría parlamentaria hace dos meses, unas enmiendas constitucionales que puntean a los diputados montenegrinos en la elección del presidente federal, ya que éstos vetarían al actual jefe del Estado.
Las enmiendas establecen la designación del presidente por sufragio universal, por lo que los veinte diputados montenegrinos de la Cámara Alta no podrán impedir ya la reelección de Milosevic.
Este declaró el pasado otoño que si los montenegrinos querían irse de Yugoslavia podían hacerlo, mientras que el aliado de Milosevic, el ultranacionalista conservador Vojislav Seselj, opina que el referéndum de autodeterminación sería un fracaso para los secesionistas.
Serbia tiene 10 millones de habitantes y Montenegro 640.000, que, gracias a las cuantiosas ayudas occidentales, empiezan a vivir mucho mejor que los serbios, sometidos al bloqueo occidental y amenazados de hambre para los meses próximos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La amenaza de volver a compartir con los serbios la miseria yugoslava podría hacer progresar las tendencias secesionistas en Montenegro.
En cuanto a los comicios presidenciales, legislativos y locales de septiembre próximo en Yugoslavia, Montenegro ha anunciado que las boicoteará.
Además, puede que Milosevic vuelva a ser elegido presidente, ya que la oposición serbia no ha logrado unirse y presentar un candidato común a estos comicios.