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Putin viaja al Artico para participar en duelo por Kursk

Al presidente ruso, Vladimir Putin, le esperaba hoy en el Artico el dolor de los deudos de los tripulantes muertos del submarino nuclear "Kursk" y lo que los medios califican de "verguenza nacional" tras nueve días de infructuoso rescate.

22 de Agosto de 2000 | 09:59 | EFE
MURMANSK (Rusia).- Al presidente ruso, Vladimir Putin, le esperaba hoy en el Artico el dolor de los deudos de los tripulantes muertos del submarino nuclear "Kursk" y lo que los medios califican de "verguenza nacional" tras nueve días de infructuoso rescate.

La esperada llegada de Putin a la base de la Flota del Norte rusa, en Severomorsk, fue precedida por incrementadas medidas de seguridad en Murmansk y otras localidades cercanas.

La participación del Presidente en la ceremonia en memoria de los 118 tripulantes del "Kursk" fue aguardada con expectación tras la polémica por su actitud respecto a la tragedia.

Putin se fue de vacaciones después de ocurrir el accidente y sólo al quinto día hizo las primeras declaraciones pese a ser el comandante supremo de las Fuerzas Armadas rusas.

El diario "Novie Izvestia" publicó hoy que Rusia ha pasado "nueve días de verguenza nacional" por las mentiras contadas del poder y por la extraña actitud de Putin, al que llamó "líder desaparecido".

Los periodistas fueron quienes más prestaron atención a la llegada de Putin al Artico pues la noticia trajo poco consuelo a los más de 400 familiares de los tripulantes del "Kursk", que se encuentran en Vidiayevo, base cercana a Severomorsk.

El diario "Vecherni Murmansk" publicó que el "hilo de la esperanza se rompió" ayer lunes después de que la Armada confirmara lo que todos temían desde hace días: el "Kursk" estaba inundado.

"Los parientes perdieron la esperanza del apoyo del Estado y se sienten absolutamente indefensos", señaló el periódico.

Tampoco les dio alivio alguno el día de luto que decretó Putin para mañana, pues no tendrán tumbas donde ofrecer sus rezos.

El destino de los cadáveres de los marinos y oficiales del "Kursk" no sólo preocupa a los familiares; las autoridades rusas no saben aún cómo enfrentarse a la tarea de rescatar los cuerpos.

"¿Por qué en una jornada los noruegos pudieron cumplir la tarea que los rusos no hicieron en una semana", dijo el periódico "Segodnia" sobre la apertura de las escotillas del submarino por los buceadores nórdicos.

Ello permitió tener la certeza de que no había ningún superviviente a bordo del "Kursk" y acentuar la sospecha de que la Armada rusa y el Kremlin lo sabían desde hacía días.

La televisión NTV llegó a decir hoy que el decreto de Putin sobre el día de luto fue firmado el viernes, dos días antes de que los especialistas noruegos dijeran que todo estaba perdido.

La empresa noruega que se encargó de las tareas de rescate con los buceadores indicó que la recuperación de los cuerpos dista mucho de ser fácil y será cuestión de largo tiempo.

Para bajar otra vez al lugar del naufragio serán precisos al menos diez días, otro mes para explorar los compartimentos internos del submarino y después empezaría el rescate.

Pero el barco "Seaway Eagle" con los buzos noruegos abandonó hoy la escena del hundimiento en espera de nuevos planes de ayuda.

De momento, las autoridades militares han autorizado a los buceadores noruegos a familiarizarse con un submarino similar al hundido, el "Oriol", en contraste con el recelo mostrado hacia el equipo británico, que se quedó casi al margen del salvamento.

"Los marinos británicos hicieron todo lo humano para ayudar al 'Kursk' y las autoridades rusas hicieron todo lo posible por molestar", señaló el diario "Moskovski Novosti".

Cuando llegaron el sábado al lugar del naufragio, los socorristas británicos no pudieron empezar su trabajo por los impedimentos de la Armada y las trabas burocráticas.

En un tira y afloja en el que la comisión creada para el rescate y dirigida por el viceprimer ministro Ilía Klebánov anunciaba y luego desautorizaba la participación del LR5, este batiscafo británico finalmente no se sumergió.

Para acelerar el rescate, esa comisión está pensando cortar las planchas exteriores del casco del "Kursk" y abrir un agujero que permita el acceso de los socorristas.

Pero los destrozos del misterioso accidente pueden convertir la nave en una trampa mortal también para los submarinistas.

Lo que parece inevitable es la reflotación, aunque sea parcial, del sumergible hundido ahora a 107 metros de profundidad, operación que requerirá también mucho tiempo pues la Armada rusa ya ha indicado que no dispone de los medios.

Esta mañana se sugirió pedir ayuda a Estados Unidos, que dispone de barcos capaces de levantar navíos hundidos a profundidades mayores.

El "Glomar Explorer", construido en 1973 y financiado por la CIA, rescató un año después parte de un submarino soviético de la clase "Golf II" hundido en 1968 a 5.200 metros con sus secretos.

El "Kursk" era uno de los buques rusos con la tecnología más moderna y se hundió en aguas internacionales, de ahí que sea una pieza codiciada no sólo para los propios rusos.

Antes de que el rescate se realice, a Putin le queda aún mucho calvario por delante para superar lo que el diario "Moskovski Komsomolets" ya ha llamado "Kurskgate", en irónica referencia a otros escándalos de otras latitudes.

"La batalla de Kursk no la empezó Putin pero sí la perdió", apuntó el periódico "Bremia Novostei".
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