WASHINGTON.- El Presidente Bill Clinton dijo hoy que no está convencido de que exista la tecnología para un escudo antimisiles eficaz, y que corresponderá al próximo presidente decidir si y cuándo montará una defensa misilística vedada por un tratado de control de armamentos de 1972.
"No debemos avanzar hasta que tengamos la plena certeza de que el sistema funcionará", dijo Clinton en un discurso en la Universidad de Georgetown en el que explicó por qué le parece prematuro embarcar a Estados Unidos en la defensa misilística.
Clinton ordenó al Pentágono que se dedique con "energía" a demostrar la eficacia de la tecnología antimisiles.
En una respuesta, el candidato presidencial republicano George W. Bush dijo que si resulta elegido el 7 de noviembre, montará una defensa antimisiles "lo antes posible". Dijo que la decisión de Clinton era una prueba de que había fracasado como líder en materia de seguridad nacional.
El vicepresidente Al Gore, candidato demócrata, elogió la decisión de Clinton porque, dijo, significa una "oportunidad para tener mayor certeza de que estas tecnologías funcionan bien juntas".
La labor sobre el proyecto, denominado sistema nacional de defensa de misiles, continuará con pruebas adicionales de un vehículo destructor de ojivas en vuelo y el perfeccionamiento de otros importantes componentes, incluso un nuevo cohete impulsor.
Frente a las firmes objeciones de Rusia y las reservas de muchos legisladores oficialistas demócratas, Clinton decidió no adjudicar los contratos para la construcción de un radar de alta potencia en las islas Aleutianas, dijeron las fuentes.
El radar es un elemento esencial del sistema de defensa contra misiles porque rastrearía los que se aproximaran.
La adjudicación de los contratos este año habría permitido que la construcción se iniciara unos seis meses después lo que, por lo menos en teoría, habría mantenido el ritmo del proyecto para que se concretara en el año 2005.
Al aplazar el primer paso, Clinton postergó de hecho, por lo menos en un año, el plazo de conclusión fijado en principio para el 2005. No se conocieron de inmediato otros detalles de la decisión de Clinton, ni un posible aplazamiento de la fecha del 2005 para el 2006 o 2007.