JERUSALEN.- Israel no tiene más margen de maniobra sobre el crucial tema de Jerusalén en las conversaciones con los palestinos y el tiempo se está acabando para el logro de un acuerdo de paz, dijo el jueves un negociador israelí.
Los comentarios de Gilad Sher, posteriores a las reuniones separadas que el presidente estaodunidense, Bill Clinton, sostuvo con los líderes de ambas partes en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, subrayaron el creciente pesimismo en torno a las perspectivas de concluir, pronto, un acuerdo de paz.
El pesimismo fue profundizado por un funcionario palestino, quien dijo también que el tiempo se estaba acabando, y por el canciller interino de Israel, quien afirmó que los problemas persistirían aun si se diera un compromiso en torno a un vital sitio sagrado en Jerusalén Oriental.
"No podemos ser más flexibles en nuestras posturas con relación a Jerusalén", dijo Sher a la radio del ejército israelí.
"Así que, lo que se espera ahora, es que en los discretos contactos tras bambalinas con (el presidente palestino, Yasser) Arafat, y sus allegados, prevalezca la lógica", agregó.
La Casa Blanca dijo que Clinton fracasó en su intento de romper el estancamiento, en sus reuniones separadas del miércoles con Arafat y el primer ministro israelí, Ehud Barak, pero que seguiría tratando de reducir las diferencias.
Los portavoces presidenciales no anunciaron acuerdo alguno para otra cumbre, que siga a la de 15 días realizda en julio en Camp David, que fracasó en arrojar un acuerdo para poner fin a 52 años de conflicto entre Israel y los palestinos, en gran medida a raíz de la disputa en torno a Jerusalén.
Israel ocupó Jerusalén Oriental en la llamada Guerra de los Seis Días de 1967 y se la anexó en una decisión no reconocida internacionalmente. El estado judío considera a todo Jerusalén como su capital, pero los palestinos quieren a Jerusalén Oriental como la capital de su futuro estado independiente.
DISCRETA REACCION, PRESIONES DE TIEMPO
La reacción a las conversaciones del miércoles en las Naciones Unidas fue discreta en funcionarios israelíes y palestinos.
Sher dijo que sigue habiendo oportunidad para un acuerdo, pero agregó: "Hay un cierto reloj político (...). Tenemos aproximadamente tres semanas o un mes".
Nabil Abu Rdainah, un asesor de Arafat, dijo a la radio Voz de Palestina: "Se ha acabado el tiempo".
El canciller interino israelí, Shlomo Ben-Ami, dijo que hasta un acuerdo sobre el control del área de Jerusalén que los judíos conocen como Templo del Monte, y venerado por los musulmanes como al-Haram al-Sharif, no solucionaría todas las disputas.
"No deberíamos de cometer el error de pensar que algún compromiso simbólico al que accediera Arafat sobre el Templo del Monte, resuelve el resto de los problemas", dijo Ben-Ami a Radio Israel.
Barak está bajo presiones temporales, ante las amplias expectativas de que el parlamento israelí programe otro voto de censura cuando en octubre reanude sus sesiones tras el receso del verano boreal.
El primer ministro sobrevivió a sendos votos de censura antes y después de Camp David.