CORAL GABLES.- El presidente de Colombia, Andrés Pastrana, reiteró que la aceptación por su país de ayuda militar estadounidense para enfrentar a guerrilleros y narcotraficantes no convertirá a la región del Amazonas en "otro Vietnam".
"Claramente, una Colombia estable, una nación de paz, está en el interés de todos en el hemisferio", afirmó ayer Pastrana. "No hay espacio para ejércitos ilegales en una Sudamérica económicamente integrada".
Pastrana se dirigió a líderes empresariales de Estados Unidos y América Latina, así como a medios de prensa, durante la celebración de la Conferencia de las Américas, una reunión de dos días para hablar de política y oportunidades de negocios en Latinoamérica.
El Presidente estadounidense Bill Clinton prometió entregar 1.300 millones de dólares en ayuda a Colombia, mientras Pastrana ha solicitado fondos adicionales a las naciones europeas. Sin embargo, los colombianos que residen en regiones donde se produce la hoja de coca han rechazado el plan.
El Presidente venezolano Hugo Chávez señaló que el Plan Colombia podría convertir a la región en una nueva Vietnam. Algunas naciones vecinas de Colombia temen que el Plan desplazará a miles de personas que buscarán atravesar las fronteras en busca de refugio.
El Presidente de Perú, Alberto Fujimori, dijo que el Plan Colombia "desestabilizará" a los países amazónicos.
"En el caso de Colombia, estamos enfrentando una lucha interna que recibe fondos de los narcotraficantes, y no una guerra civil. Necesitamos trabajar con nuestros vecinos, y no asignar culpas con el dedo acusador", indicó Pastrana.
Pastrana consideró que las comparaciones con Vietnam son inadecuadas históricamente, al señalar que el ejército norvietnamita gozaba de apoyo popular, mientras que los insurgentes colombianos carecen de él.
De acuerdo con el plan, los soldados colombianos, que son entrenados por soldados estadounidenses y transportados en helicópteros de combate otorgados por Estados Unidos, deberán apoderarse de las amplias regiones cocaleras del país, que son protegidas por rebeldes izquierdistas y por grupos rivales paramilitares de derecha.
