LIMA.- El ex secretario general de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, se sumó hoy al pedido de sectores políticos y juristas para que el presidente Alberto Fujimori renuncie y deje "limpio el terreno" para nuevas elecciones en Perú.
La decisión de Fujimori de convocar a elecciones generales, en las que no participará, "es incompleta, ya que ha dejado entrever que los comicios serán bajo su gobierno y eso no es garantía para un proceso transparente", manifestó Pérez de Cuéllar.
En declaraciones desde París a una emisora local, señaló que es necesario la dimisión de Fujimori "pues nadie tendrá confianza después de lo ocurrido en las elecciones pasadas", caracterizadas por una serie de irregularidades.
Fujimori fue reelecto por segunda ocasión este año en comicios calificados como fraudulentos por la oposición y cuestionados por la Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos y la Unión Europea.
Pérez de Cuéllar, quien fue derrotado por Fujimori en las elecciones de 1995, dijo que el Congreso nacional debería convocar a nuevas elecciones generales y luego disolverse.
Diego García Sayán, presidente de la Comisión Andina de Juristas, señaló que la salida de la crisis política peruana pasa por una recomposición de los poderes Legislativo y Ejecutivo.
Asediado por un escándalo de corrupción provocado por su principal asesor, Vladimiro Montesinos, Fujimori anunció la noche del sábado una convocatoria a elecciones generales (presidenciales y legislativas) y el recorte de su mandato de cinco a menos de un año.
Esta decisión la tomó dos días después de la transmisión de un video en el que aparece Montesinos sobornando al legislador electo Alberto Kouri para pasarse al oficialismo y mantener el control del Congreso a fin de que Fujimori pudiera asumir su tercer mandato.
"Tras una profunda reflexión y objetiva evaluación de la coyuntura he tomado la decisión de desactivar el Servicio de Inteligencia (SIN) y convocar en el inmediato plazo posible a elecciones generales", expresó Fujimori en un mensaje a la nación.
El legislador y líder del Frente Independiente Moralizador (FIM), quien denunció el sonado escándalo, dijo que el nuevo gobierno "tendrá que ser de unidad nacional".
Para el primado de la Iglesia peruana, arzobispo Juan Cipriani, el anuncio presidencial fue una sorpresa positiva para todos y un gesto de ánimo grande y valentía de Fujimori, que a su vez lleva a otra consecuencia: la transición con reconciliación y unidad.
El ministro de Salud, Alejandro Aguinaga, quien anoche participó en una reunión del Consejo de Ministros, encabezada por Fujimori, adelantó que el Ejecutivo presentará pronto las propuestas, por los canales constitucionales, que permitan la transición.
Luego de descartar que exista un vacío de poder, Aguinaga estimó entre seis y ocho meses para realizar las elecciones, aunque reconoció que la complicada situación fue analizada, pero que se respetaba la decisión de Fujimori de alejarse del poder.
Si bien el jefe de Estado es el único que tiene la atribución de convocar a elecciones, sólo puede acortar su período de gobierno y anunciar nuevos comicios después de presentar su renuncia formal ante el Congreso, opinó el constitucionalista Enrique Bernales.
"Y es que la renuncia del presidente, en este caso, está arrastrando también la dimisión de sus dos vicepresidentes, así como la decisión del Congreso de asumir que ellos también recortan su mandato", explicó.
La legisladora oficialista Martha Chávez, por su parte, dijo que las nuevas elecciones generales se realizarían en mayo próximo, de acuerdo a la legislación vigente.
Tras precisar que el presidente Fujimori no ha renunciado a su cargo, explicó que las modificaciones a la Constitución requieren de dos legislaturas ordinarias y que estas iniciativas se aprobarían en marzo próximo y luego se dejarían dos meses para los comicios.
Afirmó que Fujimori sigue siendo presidente hasta que entregue el poder al próximo mandatario.
La dirigente opositora Lourdes Flores planteó conceder a Fujimori la conducción de esta etapa hacia las nuevas elecciones y sostuvo que pensar en fórmulas distintas o intermediarias sería mezquino y llevaría a un enredo, ya que lo que se viene es un gobierno de transición.
