PARIS.- Los países occidentales apoyaron este jueves a los miles de yugoslavos que salieron a las calles de Belgrado y multiplicaron los llamados a la renuncia del Presidente Slobodan Milosevic.
El Presidente estadounidense, Bill Clinton, expresó su apoyo a los manifestantes de Belgrado y afirmó que el pueblo serbio tiene "el derecho de elegir a sus dirigentes".
"Estados Unidos se encuentra siempre del lado de los pueblos que luchan por su libertad. Nosotros creemos en la democracia y haremos todo lo que podamos por el pueblo serbio, como por todos los otros pueblos, para que puedan elegir a sus dirigentes", declaró Clinton.
El Presidente excluyó, sin embargo, cualquier intervención militar estadounidense, incluso en caso de que Milosevic utilice la violencia contra el pueblo serbio.
Clinton también aseguró que Estados Unidos levantará las sanciones contra Yugoslavia cuando la democracia se instale en ese país.
La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, afirmó que las imágenes de los manifestantes invadiendo el Parlamento en Belgrado fueron "las más extraordinarias desde que cayó el Muro" de Berlín en 1989. "Deseo que ocurra con (los serbios) lo que se produjo con el resto de Europa central y oriental, que fue capaz de librarse del comunismo", agregó.
"Si (Milosevic) se atreve a mirar por la ventana, verá con sus propios ojos que Serbia quiere que se vaya", declaró el ministro británico de Relaciones Exteriores, Robin Cook. "La manifestación que se está desarrollando es la potente y convincente afirmación de la voluntad del pueblo serbio de deshacerse de Milosevic", agregó.
Por su parte, el Primer Ministro británico, Tony Blair, pidió a Milosevic que se vaya "antes de que haya más muertos y más destrucción".
"El veredicto del pueblo en las elecciones fue claro. El veredicto de la calle es claro. El mensaje para Milosevic es claro: le pasó la hora", afirmó Blair.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, afirmó el "pleno apoyo del Gobierno español a la lucha que el pueblo serbio está realizando a favor de la democracia y la libertad".
"Los serbios confirman hoy su victoria del 24 de septiembre (primera ronda de las elecciones) y Milosevic tiene que entenderlo", declaró el Presidente francés, Jacques Chirac.
"Si esto no se produce, haría correr el mayor peligro a su país", agregó.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, lanzó un llamado a la policía y a las fuerzas armadas yugoslavas a que dejen concretarse "la voluntad del pueblo".
Milosevic "perdió las elecciones", reiteró Fischer. "Hoy el camino tiene que quedar libre para que se realice la voluntad del pueblo serbio", agregó.
El Presidente de Montenegro, Milo Djukanovic, saludó la victoria de los "ciudadanos de Serbia" y de la Oposición Democrática de Serbia (DOS) sobre la "última dictadura europea".
La evolución de la situación también hizo reaccionar a las autoridades rusas. Una reunión dedicada a los acontecimientos de Belgrado se celebraba en la noche del jueves en la Cancillería rusa.
"Desgraciadamente, la situación en Yugoslavia adquiere cada vez más el carácter de una confrontación y, si esta tendencia no termina, las consecuencias podrían ser muy graves y no solamente para ese país", opinó el Presidente Vladimir Putin, horas antes de que estallaran los incidentes en Belgrado.
El Primer Ministro canadiense, Jean Chretien, apoyó a los "miles de yugoslavos que ocuparon las calles de Belgrado" e invitó a las partes involucradas "a la calma y la moderación".
El alto representante de la diplomacia europea, Javier Solana, afirmó que "la historia se está escribiendo en Belgrado esta noche".