DANVILLE.- Joseph Lierberman dijo esta noche que Estados Unidos debe seguir alentando la rebeldía popular para el derrocamiento del régimen yugoslavo, pero su oponente de debate, Dick Cheney, insistió en la posición de los republicanos de que es necesario tocar las puertas de Rusia porque tiene un papel clave en la solución de la crisis.
Lieberman y Cheney formularon sus apreciaciones durante el primer y único debate de los candidatos vicepresidenciales para las elecciones a realizarse dentro de un mes, y sus posiciones sobre los temas debatidos fueron las mismas expresadas por los aspirantes presidenciales hace dos días.
Lierberman, compañero de fórmula de Al Gore, el candidato demócrata, dijo que hoy ha sido un día histórico para el avance de la libertad y democracia en el mundo, con las manifestaciones populares ocurridas en Belgrado contra el Gobierno autoritario de Slobodan Milosevic.
"Hay algunos informes de prensa, pero no están confirmados, de que Milosevic ya ha salido de Belgrado", dijo Lieberman. "Creo que es el final feliz de una terrible historia, el fin de un reino de terror".
Pero, continuó, si no se confirma la caída del gobernante yugoslavo, "creo que Estados Unidos, con sus aliados europeos, deben hacer todo lo que puedan para alentar al pueblo serbio a continuar haciendo lo que han estado haciendo en días recientes, a levantarse, a poner fin a este reino de terror y ubicarse en la familia de naciones libres".
Cheney -repitiendo la posición expresada por el candidato republicano a la presidencia George W. Bush en el primero de tres debates que sostendrá con Gore antes de las elecciones del 7 de noviembre-, coincidió con que Estados Unidos debe hacer todo lo posible por lograr la partida de Milosevic, pero debe también acordarse del peso de Rusia.
"Entiendo que hay gestiones en marcha para involucrar a los rusos" en una solución, dijo el ex secretario de Defensa durante el Gobierno de George Bush, indicando que el candidato Bush estuvo correcto al sugerir Rusia tenía un papel importante que jugar en la solución del conflicto, una sugerencia con la que Gore no coincidió en la noche del debate.
Según Cheney, ésta debería ser una oportunidad para que Estados Unidos ponga a prueba al Gobierno ruso en cuanto a que "tiene o no un compromiso con la democracia".
Los dos candidatos vicepresidenciales abordaron también otros aspectos, particularmente la administración tributaria y del seguro social, el caso de la crisis petrolera y la continuación del problema de Irak. Pero no hubo de inmediato información sobre el ganador del debate realizado en el auditorio del Centre College durante 90 minutos.
Gore y Bush efectuarán otros dos debates más, el 11 de octubre en Winston-Salem, Carolina del Norte, y el 17 de octubre en San Luis.
La mayor ventaja de Lieberman, según los analistas, ha sido su estilo reconciliador, que en ocasiones le permite criticar sin aparentarlo, su experiencia de orador en el Senado y su sentido del humor.
Cheney, en cambio, tiene un porte de autoridad por sus años como legislador en la Cámara de Representantes y su experiencia al frente del Pentágono durante la guerra del Golfo Pérsico.
Lieberman empezó diciendo que antes del debate, su madre le había dicho: "Cariño, te seguiré amando al margen de lo que diga de ti tu rival de esta noche".
Cheney contestó: "Yo también deseo evitar los ataques personales. Y prometo no pedirte que cantes", le dijo dirigiéndose a Lieberman, quien es aficionado al canto pop.
Ese ha sido el tono que predominó en ambos en todo el debate.