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Tambores de guerra, incertidumbre y tensión en el Líbano

Los tambores de guerra han vuelto a resonar en los oídos de los libaneses, después de que el sábado los enfrentamientos entre palestinos e israelíes se extendieran al Líbano, donde el grupo chií libanés Hizbulá atacó posiciones israelíes en el sur del país y capturó a tres de sus soldados.

08 de Octubre de 2000 | 11:15 | EFE
BEIRUT .- Los tambores de guerra han vuelto a resonar en los oídos de los libaneses, después de que el sábado los enfrentamientos entre palestinos e israelíes se extendieran al Líbano, donde el grupo chií libanés Hizbulá atacó posiciones israelíes en el sur del país y capturó a tres de sus soldados.

Tras conocer la captura, Israel envió un ultimátum a los Gobiernos de Damasco y Beirut en el que les pedía que contactaran con el grupo chií y liberaran a los prisioneros, o actuaría con contundencia sobre ambas capitales.

Hizbulá, por su parte, condicionó la liberación de los rehenes a la puesta en libertad de 19 presos libaneses que permanecen en cárceles de Israel, y que este país retiene para intercambiarlos por un militar desaparecido cuando actuaba en el Líbano, y que presuntamente está vivo.

Alertados por las agresiones verbales y las experiencias pasadas, los libaneses se mantienen en general a la expectativa, aunque algunos han optado por trasladarse al norte del país, en previsión de posibles bombardeos como los que ya sufrió Beirut durante las dos anteriores invasiones israelíes del Líbano.

"Miedo no hay, lo que existe es incertidumbre. No hemos tomado precauciones porque creemos que Israel no atacará mientras continúen apresados los tres soldados", dijo a EFE Ali Charafedin, habitante de la ciudad meridional de Tiro, que insistió en la situación "es normal".

El Ejército israelí invadió el Líbano en 1978 y 1982 para castigar y reprimir los ataques que desde el interior del país lanzaban los combatientes palestinos contra los colonos del norte de Israel.

Tres años después de la segunda invasión, durante la que bombardeó Beirut, Israel instaló una "franja de seguridad" estable de más de mil kilómetros al sur del Líbano, que ha mantenido ocupada hasta su evacuación el pasado 24 de mayo.

Mientras, los más precavidos han comenzado a llenar sus despensas y el ministro libanés de Salud, Karam Karam, ha ordenado a todos los hospitales que permanezcan abiertos las 24 horas y con los equipos preparados para atender una posible situación de emergencia.

Esta misma mañana, antiguas escenas de pánico se repitieron en las calles de Beirut cuando cazabombarderos israelíes rompieron la barrera del sonido, dejando sonoros truenos sobre los reconstruidos edificios.

En el sur del país, donde la calma ha durado escasos cinco meses, combatientes de la resistencia libanesa atacaron de nuevo hoy posiciones israelíes en las controvertidas granjas de Cheba, en la frontera entre Israel, Siria y el Líbano.

Las granjas de Cheba, conquistadas por Israel durante la guerra de los Seis Días, han sido uno de los pocos emplazamientos que el Ejército israelí no ha evacuado al considerar que es territorio sirio, y no libanés, como declaran Beirut y Damasco.

Contra esta zona Hizbulá disparó, el sábado, cincuenta cohetes tipo "katiuska" y diversos proyectiles de mortero, ataques en los que resultaron heridos tres soldados israelíes.

En respuesta a la acción de Hizbulá, helicópteros israelíes bombardearon campamentos aledaños de Hizbulá, donde resultaron heridos 22 civiles en dos operaciones.

Los enfrentamientos entre Hizbulá y el Ejército de Israel surgieron horas después de que dos refugiados palestinos cayeran abatidos por los disparos de soldados israelíes en la localidad fronteriza meridional de Nakura, hasta donde se había acercado para protestar por la muerte de más de ochenta compatriotas en Gaza y Cisjordania.

Los manifestantes lanzaban piedras a los soldados israelíes cuando estos últimos abrieron fuego, escena que se ha repetido hoy en la misma zona, aunque esta vez las patrullas fronterizas de Israel no han utilizado sus armas para dispersar a los manifestantes.

Mientras la violencia continua hoy también en los territorios palestinos, Israel ha comenzado a reforzar sus posiciones y enviar armas pesadas a la frontera con el Líbano, en espera de lo que sucede en los contactos que se mantienen con representantes internacionales para lograr el intercambio de prisioneros y calmar la tensión.
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