BERLIN.- El escándalo en torno al ex canciller alemán Helmut Kohl volvió a saltar hoy a la primera plana, con la publicación de la noticia por parte de la revista "Der Spiegel" de que un ex asesor de Kohl, el ex ministro de la cancillería Friedrich Bohl, se apropió de ficheros oficiales de la cancillería.
Entre los documentos se encuentra material clasificado como confidencial y secreto, asegura el semanario.
Según "Der Spiegel", el material fue encontrado por el encargado del actual Gobierno para aclarar las "lagunas" misteriosas en los archivos de la cancillería, Burkhard Hirsch, en la sede de la "Fundación Konrad Adenauer", una fundación política próxima a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Kohl.
El Gobierno decidió investigar el asunto tras descubrirse este año la desaparición y eliminación de numerosos documentos y ficheros electrónicos. Una portavoz del gabinete confirmó a la Agencia Alemana de Prensa (DPA) que el material encontrado por Hirsch contiene material "de carácter oficial y que, por tanto, debe ser regresado a la cancillería". Bohl no ha respondido aún, agregó la portavoz.
Hasta ahora, Bohl siempre había afirmado que sólo trasladó material "privado" a la "Adenauer". Pero al revisar 90 archivadores que Bohl reclamaba como "personales", Hirsch se encontró con un gran número de documentos oficiales.
Al parecer, 27 de los 90 archivadores llevaban las siglas "CHBK", el acrónimo de "Chef Bundeskanzleramt" (jefe cancillería).
Entre los documentos hallados ahora por Hirsch está un documento sobre la sesión del Consejo de Seguridad Federal de febrero de 1991, en el que se dio el visto bueno a la venta de unos tanques "Fuchs" a Arabia Saudita. La polémica operación es uno de los detonantes del escándalo financiero de la CDU.
Hirsch también encontró cartas de algunos protagonistas del escándalo financiero de la CDU, como Agnes Huerland Buening, "por asunto Fa. TED (Elf Aquitaine/Thyssen)"; de la ex tesorera de la CDU ("Tanques Fuchs para China"); y el ex apoderado de la tesorería de la CDU, Uwe Luethje.
El abogado de Bohl dijo a "Der Spiegel" que su cliente no ha incurrido en ningún delito y aseguró que los documentos llegaron erróneamente a la "Fundación Konrad Adenauer", porque "una secretaria debe haberse equivocado de archivador".
