PAKDASHT.- Un hombre acusado de violar y matar a 17 muchachos recibió 100 latigazos y luego fue ahorcado públicamente con una grúa en Irán.
Mohammed Bijeh, de 30 años, confesó ante la justicia haber violado y matado a los menores entre marzo y septiembre del 2004. Los medios de comunicación iraníes indicaron que el sujeto quemó los cadáveres de sus víctimas, todas ellas varones entre los 8 y los 15 años.
El asesino recibió la pena de muerte por cada uno de los homicidios que confesó y 100 latigazos por las violaciones.
Su cómplice, Alí Gholampour, fue exonerado, pero fue acusado de participar en algunos de los secuestros, confesó. Fue sentenciado a 15 años de cárcel y a 100 latigazos.
La ejecución de Bijeh tuvo lugar en Pakdasht, una empobrecida aldea situada en las afueras de Teherán, tras ser confirmada por la Corte Suprema. Los homicidios ocurrieron en esa zona.
Cinco mil testigos
Unos 5 mil espectadores -entre ellos mujeres y niños- presenciaron el castigo. Un familiar de una de las víctimas logró burlar el cinturón de seguridad policial y acuchilló a Bijeh en la espalda, antes de ser retirado por los agentes.
Tras los azotes, fue colocada una cuerda al cuello de Bijeh que estaba atada al gancho de una grúa, que elevó al condenado a considerable altura entre los aplausos de la multitud.
Unos 20 minutos después, el cadáver fue descendido y un médico certificó su defunción.
