WASHINGTON.- El Presidente de EE.UU., George W. Bush, expresó hoy sus condolencias por la muerte de Terri Schiavo y dijo que "miles de estadounidenses están tristes" por el fallecimiento de la mujer, objeto de una agria batalla judicial y política.
Bush reiteró su posición "a favor de la vida" en un breve comentario realizado en la Casa Blanca con motivo de la presentación del informe de la Comisión sobre los errores de inteligencia cometidos en Irak.
La estadounidense Terri Schiavo, de 41 años, falleció hoy en un centro médico en Pinellas Park (Florida), tras 15 años en estado vegetativo y 14 días de agonía.
Terri fue desconectada de la sonda que la mantenía con vida el 18 de marzo, como consecuencia de una orden judicial que fue mantenida en tribunales de distintas instancias e incluso el Tribunal Supremo.
Su caso ha conmovido a EE.UU. y ha enfrentado a partidarios y detractores de la eutanasia porque ha expuesto con toda crudeza la dificultad de tomar una decisión en casos de este tipo.
El Presidente Bush tomó partido al firmar en la madrugada del pasado lunes 21 de marzo, una ley auspiciada por los grupos conservadores del Congreso que permitió a la familia de Terri apelar la decisión de desconectar el tubo en las cortes federales.
Bush, dijo en aquel momento que "los que viven a merced de otros merecen nuestra especial preocupación".
La tragedia de Terri Schiavo comenzó a sus 26 años, en 1990, cuando quedó en estado vegetativo tras sufrir un ataque cardiaco a causa de una súbita baja de potasio en su organismo provocada por una estricta dieta para adelgazar.
Durante ocho años fue alimentada artificialmente hasta que en 1998 su esposo, Michael Schiavo, pidió que le retiraran la sonda porque, según dijo, su mujer "nunca quiso vivir así". No obstante, ella no dejó ningún documento escrito que expresara ese deseo.
