 El Papa hace 24 años. |
CIUDAD DEL VATICANO.- Venerado por algunos, criticado por otros, el Papa Juan Pablo II es quizás la persona más reconocida del mundo.
Durante más de un cuarto de siglo, el Papa ha sido al mismo tiempo el paladín de los oprimidos y el defensor de la ortodoxia dentro de la Iglesia Católica Romana.
En los últimos meses, el mundo vio decaer en forma rápida la salud del Pontífice, quien sufre de la enfermedad de Parkinson y de una artritis severa.
Últimamente, Juan Pablo II no ha podido terminar de pronunciar sus mensajes preparados y ha mostrado dificultades para hablar.
El Papa, con graves problemas para respirar, fue llevado de urgencia a un hospital de Roma dos veces durante el mes de febrero. Durante su segunda internación se le realizó una traqueotomía que lo dejó temporalmente sin habla.
Juan Pablo II no logró hablar en público el miércoles, por segunda vez en cuatro días y poco después los médicos le pusieron un tubo para alimentarlo e intentar darle fuerzas.
El Vaticano dijo el jueves que el Pontífice tenía fiebre muy alta a causa de una infección urinaria y esto reavivó el temor de más de 1.000 millones de fieles de todo el mundo de que uno de los pontificados más relevantes de la historia esté llegando a su fin.
El papa polaco entró en la escena mundial el 16 de octubre de 1978, cuando el Cónclave cardenalicio lo eligió como el primer Pontífice no italiano en cuatro siglos y medio.
Guía al nuevo milenio
Juan Pablo II, el Papa con el tercer pontificado más prolongado de la historia de la Iglesia Católica Romana, la guió al nuevo milenio a pesar de su minada salud.
Varios historiadores dicen que uno de los legados más duraderos del Papa será su importante papel en la caída del comunismo en Europa oriental en 1989.
 Juan Pablo II en 1996. |
Los polacos creen que su inagotable respaldo al sindicato clandestino Solidaridad, mientras los comunistas trataban de acallarlo, fue una potente fuerza que mantuvo vivo al movimiento.
Solidaridad formó en Polonia el primer gobierno no comunista del bloque oriental en 1989, lo que marcó el comienzo de una ola de libertad que vio a los regímenes marxistas caer en un efecto dominó en toda Europa.
"La noche ha pasado, hay un nuevo amanecer", dijo el Papa durante una visita triunfal a Checoslovaquia en 1990.
Una década después de contemplar la caída del comunismo, el Pontífice logró otro de sus sueños. Visitó Tierra Santa en marzo del 2000 y, rezando en el Muro de los Lamentos de Jerusalén, pidió perdón por los pecados católicos contra los judíos en la Historia.
Un púlpito global
Viajero infatigable que registró 1,25 millones de kilómetros en 104 viajes que cubrieron unos 130 países, el Papa es una figura familiar en todo el mundo. Ha atraído multitudes de hasta cuatro millones de personas.
Se mostró decidido a usar su papado para llamar la atención sobre la suerte de los necesitados y oprimidos del mundo, manteniendo al mismo tiempo un rumbo conservador en la Iglesia.
"Hablo en nombre de los que no tienen voz", dijo en un viaje a África en 1980.
Para el Papa, entre los que no tienen voz están los nonatos y los disidentes que se pudren en las cárceles.
Se ha sentido a gusto exponiendo sus teorías -tanto a dictadores de izquierda como de derecha, así como a las democracias del mundo- de que el capitalismo y la globalización sin freno no son la panacea del mundo post Guerra Fría.
Un gran defensor de los derechos humanos y de la libertad religiosa, sus llamados a la creación de un "nuevo orden económico mundial" y a garantizar los derechos de los trabajadores han hecho que algunos le llamen el "Papa socialista".
Infatigable defensor de la paz y del desarme nuclear, ha advertido a menudo que la humanidad se encamina hacia su destrucción, y en el 2003 encabezó la campaña del Vaticano contra la guerra de Irak.
En su juventud fue actor y escribió varias obras de teatro y como Papa ha hecho buen empleo de sus cualidades, incluido su conocimiento de lenguas, para poder comunicarse con otras figuras mundiales.
Unidad de los cristianos
Juan Pablo II ha sido el primer Papa que predicó en una iglesia protestante y en una sinagoga, el primero que pisó una mezquita y un incansable defensor de la unidad de los cristianos.
Pero, irónicamente, en sus 25 años de pontificado ha sido también fuente de fuertes divisiones en su propia Iglesia.
Muchos católicos, particularmente en los países desarrollados, no han seguido sus enseñanzas contrarias al uso de contraceptivos, dicen que no les importaría mucho que se ordenasen mujeres sacerdotes y algunos querrían un sucesor más liberal.
Juan Pablo II no se ha visto desalentado por las protestas contra sus posturas.
Preocupado porque muchos católicos se han apartado de las enseñanzas tradicionales de la Iglesia, mantuvo una batalla constante contra el aborto, los métodos artificiales anticonceptivos, el sexo prematrimonial, el divorcio, la homosexualidad y la ruptura de los valores de la familia.
Desde Haití a Estados Unidos, desde Brasil a Australia, ha revivido los valores católicos conservadores y ha recomendado la obediencia a la jerarquía católica ante el peligro de disidencias.
 Una imagen reciente muestra el evidente deterioro de la salud del Pontífice. |
Teólogos liberales lo han acusado de detentar demasiado poder, pero el Papa dijo en una ocasión: "La doctrina de la Iglesia no pude basarse en la opinión pública".
Ha designado a más del 95 por ciento de los cardenales que entrarán en el Cónclave que nombrará a su sucesor, y se cree que el elegido no se apartará demasiado de sus enseñanzas.
Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920 en la pequeña localidad de Wadowice, cerca de Cracovia, Polonia, en un humilde departamento. Su padre era suboficial del ejército polaco y su madre murió en 1929.
En 1938, Karol se mudó a Cracovia, donde ingresó a la Universidad Jagellonian. Los nazis la cerraron cuando invadieron Polonia en 1939 y para escapar a la muerte o a la deportación los estudiantes se mezclaron con la población civil, haciendo distintas labores.
Pero Karol estudió en secreto para llegar a ser sacerdote y fue ordenado tras la Segunda Guerra Mundial, en 1946. Llegó a ser arzobispo de Cracovia en 1963 y fue nombrado cardenal en 1967, convirtiéndose en uno de los principales miembros anticomunistas de la Iglesia durante el periodo de postguerra.
Tras la muerte del Papa Juan Pablo I, Wojtyla llegó a ser el sucesor número 264 de San Pedro y, a la edad de 58 años, se convirtió en el Papa más joven de la historia.