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Se cumple el centenario del asesinato del primer ganador de unas elecciones chinas

"Es lamentable que una bala arrebatara su vida. Si Song hubiera vivido, China habría alcanzado su sueño de democracia", señaló un historiador del gigante asiático.

21 de Marzo de 2013 | 06:00 | EFE

BEIJING.- China conmemora hoy con varios homenajes el centenario del asesinato de Song Jiaoren, líder del Kuomintang que estaba llamado a ser el primer gobernante democrático del país tras la revolución que acabó con el imperio Qing.


"Es lamentable que una bala arrebatara su vida. Si Song hubiera vivido, China habría alcanzado su sueño de democracia", destacó hoy en recuerdo de su figura el historiador de la Universidad de Beijing Zhang Qianfan.


Song, nacido en 1882 en la provincia central china de Hunan (la misma en la que, también en esos años, vino al mundo el líder comunista Mao Zedong), recibió dos disparos en un andén de la estación de Shanghai, el 20 de marzo de 1913, y murió por las heridas sufridas dos días después.


El joven político de 30 años acababa de ganar con el Kuomintang -apoyado por su mentor Sun Yat-sen, padre de la revolución china- las primeras elecciones democráticas de la historia del país, y aunque no lo había hecho con mayoría absoluta, se esperaba que mediante alianzas lograra ascender al poder como Primer Ministro.


En el momento de su asesinato, Song esperaba precisamente junto a unos amigos el tren que le llevaría a Beijing para asistir a las sesiones parlamentarias de formación de Gobierno.


Todas las sospechas recayeron en el entonces Presidente de la República de China, Yuan Shikai, un oficial militar en la dinastía Qing que había llegado al poder como mediador entre el régimen imperial y los revolucionarios, a quien Song había criticado durante la campaña electoral y acusado de querer restaurar el absolutismo.


Los temores de Song se cumplieron tras su muerte, y Yuan disolvió el Parlamento en 1914 para declararse a sí mismo emperador en 1915, aunque falleció un año después, por lo que la República de China quedó restablecida.


La muerte de Song marcó, en todo caso, el inicio de una década de caos en el país, con grandes regiones gobernadas de facto esos años por caudillos militares locales, los llamados "señores de la guerra".


El asesinato de Song nunca fue convenientemente investigado, ya que la mayor parte de los sospechosos fueron asesinados o desaparecieron en extrañas circunstancias.


Song también fue escritor y profesor, y en su honor se han publicado estos días en su provincia natal sus libros de poemas.


Esta semana se ha celebrado un seminario para recordarle en la vecina provincia central de Hubei, la misma en la que en 1911 estalló la revolución que instituyó la República de China.


Su asesinato, según los historiadores, mostró las dificultades de aplicar un régimen democrático en un país que arrastraba milenios de regímenes autoritarios.

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