RIO DE JANEIRO.- Una noche de contrastes se vivió en la primera jornada de desfiles de escuelas de samba en Río de Janeiro: un osado himno al sexo y al preservativo, que no logró ser atenuado por la censura, se opuso a un homenaje de fábula a la reina de los niños brasileños, Xuxa.
Precedida por una dura controversia con la Iglesia católica, la escuela "Grande Rio" llevó al Sambódromo el tema "Vamos a vestir el condón, mi amor".
Su desfile fue iniciado por una enorme esfera de hierro representando el virus del SIDA, que se abría y dejaba escapar a un hombre recubierto de escamas, como una serpiente, mientras que parejas que se intercambiaban y se besaban, iban cayendo al suelo.
Por orden de la justicia un carro alegórico que representaba escenas del Kama Sutra desfiló completamente recubierto de nylon negro, con un enorme rótulo: "Censurado".Por orden de la justicia, a pedido de una organización católica, un carro alegórico que representaba escenas del Kama Sutra desfiló completamente recubierto de nylon negro, con un enorme rótulo: "Censurado".
Otros dos carros alegóricos también fueron censurados, pero fueron únicamente recubiertos por un tul transparente, dejando aparecer en uno de ellos a Adan y Eva, gigantes, en pleno acto sexual.
Los bailarines de un ala también tuvieron que recubrir su disfraz por un tul, que no lo ocultaba: los hombres bailaban con unas muñecas de trapo tamaño natural, con sus piernas enlazadas en sus cinturas.
Pero la censura nada pudo con un carro alegórico, que exhibió cubículos en sus costados inferiores, donde grupos de jóvenes, hombres y mujeres, simulaban pasiones desenfrenadas.
El desfile de la "Caprichosos de Pilares", en homenaje a Xuxa, fue cerrado por la propia reina, recubierta de piedras simulando diamantes.El desfile de la "Caprichosos de Pilares" en homenaje a Xuxa, animadora de programas infantiles, fue abierto por una imagen gigante del mago Merlín, y estuvo abarrotado de muñecos y de niños, de paquitas y paquitos (sus asistentes en los programas de televisión), y fue cerrado por la propia reina, recubierta de piedras simulando diamantes, en un carro que lanzaba papelitos plateados.
Ella, que está por cumplir 40 años, con unas larguísimas hebras rubias de cabello, hacia reverencias al público y lanzaba besos.
"Xuxa eu te amo; eu te amo, meu amor", coreaba el sambódromo a voz en cuello.
Poco después, entraba la "Grande Rio", que sacudió a las tribunas, y era saludada por cientos de condones inflados por el público y lanzados al aire, los mismos que el ministerio de salud repartió a cada uno de los 100.000 espectadores con una leyenda de colores alrededor de un condón sonriente: "Camisinha, use, confíe".
El sambódromo coreaba: "Mata ese deseo loco; bésame en la boca; haz realidad mi sueño; pero si quieres verme; y tener placer carnal; es bueno protegerse del mal".
Las tribunas deliraron después con la entrada de "Mangueira", la escuela preferida de los cariocas, que realizó un desfile tradicional, con derroche de dorados y ropajes del siglo XVIII, al homenajear al Estado de Minas Gerais (sureste), donde en ese siglo floreció una civilización barroca y mulata, gracias a la explotación de sus minas de oro.
"Unidos da Tijuca" sorprendió con un desfile creativo sobre los aciertos y desaciertos de la ciencia, y presentó carros alegóricos expresionistas: uno con Frankesteins realizando movimientos tipo "break dance" y otro constituido por una pirámide de 127 hombres y mujeres cubiertos únicamente con taparrabos y todos coloreados de azul, que realizaban movimiento ondulantes y representaban a la cadena el DNA.
La tradicional "Portela" cerró el desfile reinterpretando un viejo éxito que le permitió ser campeona en 1984, "Leyendas y Misterios de la Amazonia".
Para celebrar los 20 años del sambódromo, diseñado por el arquitecto carioca Oscar Niemeyer, la Liga de Escuelas de Samba autorizó este año a las escuelas a reeditar sus glorias pasadas.
Salgueiro cantó al "Alcohol, combustible del futuro", y la Sao Clemente, las promesas no cumplidas en la política brasileña.