SANTIAGO.- TVN ha logrado desde su primera teleserie nocturna, "Ídolos", sacarle partido a las ventajas que le da el horario, patentando una fórmula que combina encendidas escenas de desnudos, con historias que tratan de reflejar una realidad en que las relaciones de amistad y pareja se ven enfrentadas a pasiones fulminantes.
Madres que se transforman en amantes de las parejas de sus hijas, "amigas" que seducen a maridos ajenos, etc., han sido parte del menú de trasnoche ofrecido por el canal estatal.
Una tradición que fue mantenida en el debut de "Disparejas", su nueva producción.
Las protagonistas del primer capítulo fueron Katyna Huberman y Paola Volpato, la primera porque aportó las escenas más ardientes y la segunda porque su personaje fue cubierto con una manto de inusual misterio hasta el final.
Isidora, el personaje de Huberman, transitó entre sus problemas matrimoniales y sexuales con su marido, Víctor (Pablo Macaya), y la naciente relación con su amante, Daniel (Francisco Pérez-Bannen), quien no se demora mucho en pasar de ser su cliente a su herramienta para saciar su despecho.
Florencia, el rol encarnado por Volpato, insinuó el carácter más conflictivo de los protagonistas. Abandonó a su marido, Ismael (Andrés Velasco), luego de 12 años de matrimonio y un año después regresa acusándolo de "maricón" por haber tenido la "ocurrencia" de rehacer su vida, tener un hijo y no esperarla.
Todos aportan
El peso del estreno no sólo se lo llevaron ellas, los otros personajes también hicieron su aporte.
Empezando por Claudia Arismendi (Mónica Godoy), quien luego de vivir varios años en Japón vuelve a Chile y sin muchos rodeos le pide a Pedro, para quien el compromiso es una utopía, que sea el padre de su hijo.
La trama la completó Gabriel (Juan Pablo Ogalde), un periodista cesante, quien demostró toda su calidad humana al pedirle a su papá enfermo de alzheimer una "mosquita" en un cheque que le ayudará a salir de sus deudas.
Las escenas que han promocionado "Disparejas" sirven de pista para predecir que su primer apronte fue sólo un preámbulo de lo que vendrá, más desnudos y capítulos de una fórmula que aún parece darle dividendos a Televisión Nacional, por ahora.