EMOLTV

"Shadows", la película que fundó el cine independiente de EE.UU. cumple medio siglo

La primera película de John Cassavetes es considerada la piedra fundacional del movimiento alternativo a la gran industria hollywoodense.

11 de Noviembre de 2009 | 09:43 | EFE
imagen

Ben Carruthers, Hugh Hurd y Lelia Goldoni, el trío protagónico de la cinta.

Bloomberg News
MADRID.- Rodada bajo las leyes de la improvisación de la música jazz, sin argumento ni protagonistas claros y con un mínimo presupuesto, "Shadows", la primera película de John Cassavetes, cumple hoy cincuenta años como piedra fundacional del cine independiente estadounidense.

En 1959 no existían ni el festival de Sundance ni los Independent Spirit Awards. En Francia emergía con fuerza la "nouvelle vague" como revolución del lenguaje cinematográfico, pero en Estados Unidos el actor y director John Cassavetes inauguraba, con más modestia pero con igual poder rompedor, el cine del que beberían autores como Jim Jarmusch o Alexander Payne.

"Cuando empecé a hacer películas, quería hacer cine como Frank Capra. Pero nunca he sido capaz de hacer otra cosa que no fueran estas obras locas y arduas. Al final, uno es lo que es", reconocería irónico.

Él, efectivamente, no tenía manifiesto ideológico, ni publicaciones que lo sustentaran, ni pretensiones de crear escuela. Era él mismo: un actor y cineasta que compondría en solitario un "corpus" creativo insólito en la historia del cine con títulos como "A Woman Under the Influence" o "Gloria".

"Cassavetes ha edificado contra viento y marea una obra ferozmente personal y totalmente distinta de lo que se hacía -y se hace- en el cine norteamericano e incluso en el cine mundial", resumían Bertrand Tavernier y Jean-Pierre Coursodon en "50 años de cine norteamericano".

"Shadows" era su debut: rodado cámara en mano en 16 milímetros, en un Nueva York nocturno y con 40.000 dólares de presupuesto, fundía el cine con una "jam session", creando un conjunto fresco y vibrante que fue premiado en el Festival de Venecia con el premio de la crítica.

Una primera versión de la película, formalmente todavía más arriesgada, fue sustituida por otra que se acercase más a la ficción y se distanciase del documental. Ese pieza original sería estrenada, como una pieza de museo, en el Festival de Rotterdam de 2004.

"Uno de los rasgos originales y muy personales de 'Shadows' es su obstinada negativa a enunciar la temática. Nunca se podrá decir sobre qué es una película de Cassavetes, sólo que es sobre personajes. De ahí que veamos relaciones entre blancos y negros, pero nunca se enuncia el problema racial", insistían Tarvernier y Coursodon.

Teniendo en cuenta que en Hollywood ese año ganaría "Ben Hur" once Oscar, "Shadows" fue toda una osadía. "Como artista, trato de buscar cosas diferentes. Pero sobre todo, los artistas tenemos que atrevernos a fracasar", era su consigna laboral.

Ni siquiera él, después de su ópera prima, volvería a dejar nada en manos de la improvisación. A partir de entonces confeccionó con mano maestra la realidad en películas como "Faces", su segundo film y primero con su esposa, Gena Rowlands.

"Quiere superar el simple efecto de realidad para alcanzar, por así decirlo, la realidad misma. Y justamente porque se aproximó de forma absolutamente convincente a esta ambición a la vez simple y grandiosa, es a menudo considerado, todavía hoy, un improvisador", reflexionan los cineastas franceses.

Es por eso por lo que "el diálogo en 'Shadows' es tan 'cassavetiano' y muestra un incongruente sentido del humor tan semejante al que aparece en todas sus demás películas", según Tavernier y Courduson.

Cincuenta años después de "Shadows" y cumplidos veinte de la desaparición del insólito cineasta, el cine independiente americano vive una crisis de identidad.

En los setenta y ochenta, cuando Cassavetes todavía ofrecía obras como "Love Steams", Terrence Malick, el Paul Newman director, John Waters y Jarmusch parecían tomar el testigo a su manera.

Pero en los noventa, con el auge del Festival de Sundance, los "indies" se hicieron legión, llegaron a los Oscar y se convirtieron en negocio para los grandes estudios, que abrieron sus filiales para el público minoritario.

Los hermanos Coen, Todd Solondz, Gus Van Sant o Tom DiCillo lustraron esa generación que fue incorporándose a la industria o reincidiendo en mensajes ya no tan rompedores.
Y así, el lema de "No risk, no award (Sin riesgo no hay premio)" de los Independent Spirit Awards va quedando caduco y surgen productos independientes con vocación comercial como "Juno". Por eso "Shadows" vuelve a impresionar hoy por su independencia.
EL COMENTARISTA OPINA
cargando