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Arancibia Clavel enfrenta juicio por secuestro en Buenos Aires

El militar (r), quien cumple una cadena perpetua por el caso Prats en Argentina, está acusado de ser autor del secuestro de dos jóvenes chilenas en 1977.

27 de Septiembre de 2004 | 15:42 | Orbe
BUENOS AIRES.- El ex agente de la Dina Enrique Arancibia Clavel, condenado a cadena perpetua en Buenos Aires por el asesinato del ex comandante en jefe del Ejército Carlos Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, está nuevamente en el banquillo de los acusados en el vecino país, ya que enfrenta un juicio oral por el secuestro de dos jóvenes chilenas, ocurrido en julio de 1977 en la capital argentina.

Hoy, Arancibia Clavel se negó a declarar en esta causa, en la que se le sindica como el autor del secuestro de Laura Elgueta Díaz y Sonia Magdalena Díaz Ureta, quienes reconocieron al ex agente veinte años después, cuando vieron su foto en los diarios luego de que fuera detenido por el crimen del matrimonio Prats.

Según informa Página/12, el año 2000 Elgueta fue testigo en el juicio oral que se realizó contra Arancibia por el doble crimen y gracias a su relato se abrió un nuevo proceso contra el ex uniformado.

De acuerdo con la versión que presenta el medio trasandino, el relato de ambas mujeres coincide en la descripción de cómo los agentes las subieron a distintos autos, las tiraron al piso, las vendaron, las insultaron y las llevaron a un centro de detención donde fueron recibidas por otros hombres, que hablaban con acento chileno.

"Las insultaron, les quitaron los documentos y las joyas y las hicieron descender a patadas por una escalera hacia un subsuelo en donde las hicieron desvestir, las golpearon y las manosearon", dijo el fiscal Miguel Ángel Osorio en el requerimiento de elevación a juicio.

Osorio agrega que cuando le preguntaron a uno de los chilenos por qué estaban allí, les contestaron: "Porque Pinochet lo quiere".

El hombre del impermeable

Página 12 agrega que ambas jóvenes fueron interrogadas en muy malos términos y que Sonia Díaz fue torturada, ya que los militares estaban convencidos de que estaba en Buenos Aires "en alguna misión importante".

Finalmente, luego de ocho horas, las dejaron en libertad y las amenazaron para que abandonaran el país inmediatamente.

Durante su interrogatorio, a Laura Elgueta se le corrió la venda que le habían puesto en los ojos y pudo ver que en la sala había dos hombres, uno de los cuales vestía un impermeable blanco.

El rostro de ese hombre, que ambas vieron nuevamente al ser liberadas, fue el mismo que reconocieron sin dudar en los diarios, veinte años después.

Así fue como Elgueta se conectó inmediatamente con la familia Prats para ponerse a su disposición y terminó como testigo en el proceso.

"Se puede afirmar, sin lugar a dudas y tal como se desprende de la sentencia del caso Prats, que el imputado fue agente secreto de la organización Dina y que actuó en la República Argentina en coordinación con las fuerzas de seguridad argentinas para llevar a cabo actos ilícitos que atentaron contra la libertad y la vida de las personas", señaló el fiscal Osorio al pedir la apertura del juicio.