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Cómo crece otra vez la tensión entre EE.UU. y China en medio de la crisis por el Covid-19

Las acusaciones cruzadas por el coronavirus, la carrera por la vacuna y la expulsión de periodistas norteamericanos en el país asiático han ido mermando la relación entre ambas potencias en estos complicados días.

21 de Marzo de 2020 | 07:42 | Redactado por Pía Larrondo, Emol
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Agencias
Esta última semana ha ido escalando la tensión entre Estados Unidos y China producto de la crisis por el brote de coronavirus que se vive en la mayor parte del globo.

Estas tensiones vuelven a salir a flote a dos meses de la tregua comercial alcanzada entre ambas potencias producto de acusaciones cruzadas por el origen del virus, la expulsión de periodistas norteamericanos del país asiático y la carrera por la invención de la vacuna.

La situación actual en la que se encuentra China respecto al Covid-19 es bastante más alentadora que la de Estados Unidos, esto debido a que el país asiático durante dos jornadas consecutivas –miércoles y jueves- no registró nuevos contagios por primera vez luego de la aparición del brote. Lo que representa un avance luego del peak de contagiados y fallecidos que hasta ahora alcanzan 80.967 casos de coronavirus confirmados y 3.248 fallecidos por el virus.

Asimismo, la nación asiática está retornando a la normalidad, con planes de apertura de lugares públicos, la normalización de los vuelos de las aerolíneas y el reinicio de las actividades productivas, luego de dos meses de paralización.

Por su parte, Estados Unidos todavía se encuentra en plena crisis, contando ya con 7.087 contagiados y 100 fallecidos a lo largo de la nación. En este escenario, el Gobierno se está enfrentando a una serie de críticas respecto al tardío actuar de la administración y la falta de kits para testear a las personas.

Acusaciones cruzadas

Esta última semana las acusaciones cruzadas entre autoridades de ambas naciones respecto del origen del virus han acaparado los medios de comunicación.

"Podría haber sido el Ejército estadounidense quin trajo la epidemia a Wuhan", manifestó Zhao Lijian, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, el 12 de marzo pasado.

Según publicó BBC Mundo, estas declaraciones venían acompañadas de un video en el que el director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., Robert Redfield, reconoce ante el Congreso que algunos de los decesos por gripe en el país podrían deberse al coronavirus.

"¿Cuándo se registró el paciente cero en Estados Unidos? ¿Cuántas personas hay infectadas? ¿Cuáles son los nombres de los hospitales? Podría haber sido el Ejército estadounidense quien trajo la epidemia a Wuhan. ¡Sean transparentes! ¡Hagan pública la fecha! Estados Unidos nos debe una explicación", expresó Zhao a través de su cuenta de Twitter.

Las acusaciones de la autoridad se deberían, según expresó el diario de Hong Kong The South China Morning Post, a los Juegos Mundiales Militares que se llevaron a cabo en Wuhan en octubre y donde participaron más de 100 países, antes de que se conociera el caso cero en la localidad.

A pesar de esto, el Pentágono no ha reportado militares confirmados con el virus entre los miembros que fueron al evento, publicó The New York Times. Producto de estas declaraciones, el Departamento de Estado de EE.UU. llamó a consultas al embajador chino en Washington.
Pero desde la otra vereda, el mismo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el lunes 16 de marzo se refirió a la epidemia como "el virus chino", lo que ha levantado suspicacias desde el país asiático.

"Estados Unidos respaldará poderosamente a aquellas industrias, como las aerolíneas y otras, que están particularmente afectadas por el virus chino. ¡Seremos más fuertes que nunca!", escribió el Mandatario en su cuenta de Twitter.

Cabe recordar que hace unas semanas la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó no vincular el virus con una localidad en particular o un grupo, para evitar estigmatizar o discriminar a ciertas comunidades. Pero autoridades estadounidenses como el propio Presidente o el secretario de Estado, Mike Pompeo, aluden a China cuando hablan del Covid-19.

Las reacciones desde el Gobierno central chino al comentario no se hicieron esperar y pidieron terminar con las "acusaciones infundadas contra China". Y los medios del país asiático calificaron las declaraciones de las autoridades estadounidenses como "racistas y xenófobas".

Expulsión de periodistas estadounidenses

Al día siguiente de la escalada de tensiones verbales, y para añadirle un ingrediente más a la situación, el Gobierno chino tomó la determinación de expulsar a 13 periodistas estadounidenses de su parte continental, de Hong Kong y de Macao, reportó El País de España.

Los medios de EE.UU. afectados fueron The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal. El miércoles, el Ministerio de Exteriores chino indicó que estaba dentro de sus competencias imponer la prohibición, y también advirtieron que podrían tomar más medidas si EE.UU. "no corrige sus errores". Según Beijing, esta represalia se dio en respuesta a la determinación de EE.UU. de limitar el número de ciudadanos chinos que pueden trabajar en los medios estatales de su nación.

Además de la expulsión de los corresponsales, estos medios están obligados a entregar información detallada sobre sus empleados, financiamiento y propiedades a las autoridades chinas. Medida a la cual también se podrían sumar la revista Time y la radio Voice of America.

"No hay ganadores en el uso de los periodistas como piezas diplomáticas por parte de las dos principales potencias económicas. Los periodistas arrojan luz sobre el mundo en el que existimos. China, mediante sus acciones, se está haciendo más oscura", señaló en un comunicado el Club de Corresponsales Extranjeros.

Carrera por la vacuna

La carrera para conseguir primero una vacuna contra el Covid-19 ha sido bullada y, a pesar de que no ha habido ataques verbales directos entre ambas naciones sobre el tema, la publicidad que le han hecho Estados Unidos y China de forma separada a la idea, demuestra un interés común que intentan alcanzar de forma indepediente.

En febrero, Trump dijo que su prioridad era desarrollar una vacuna contra el coronavirus por lo que dedicó gran parte de los 8.300 millones de dólares -del paquete de ayudas para frenar el contagio- para desarrollarla.

De hecho, esta semana investigadores estadounidenses del Instituto de Investigación Permanente Kaiser de Washington en Seattle aplicaron la primera vacuna experimental contra el virus poniéndose así en la delantera de la carrera mundial contra la pandemia.

Por su parte, y como reportó ABC, en China el Ejército aseguró que la farmacéutica CanSino Biologics, con sede en la ciudad de Tianjin, y la Academia de Ciencias Médicas Militares desarrollaron con "éxito" una vacuna que todavía no está probada en seres humanos. Los ensayos clínicos de esta se extenderán hasta fines de año.

Reuters expuso el comunicado emitido por el Ministerio de Defensa chino que anunciaba que "la vacuna ha sido aprobada por su seguridad, eficacia y calidad por parte de terceros y ha completado su preparación preliminar para la producción en masa".

La mirada de los expertos

Para los expertos internacionales este panorama "marcado por las tensiones" entre ambas potencias no es auspicioso y podría traer consecuencias "peligrosas".

"Este juego geopolítico de atribución de culpas es una carrera hacia el abismo", dijo Bonnie Glaser, sénior para Asia y directora del Proyecto el Poder Chino del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

Mientras que Yonden Lhatoo, editor jefe de Noticias del diario hongkonés SCMP, lamentó: "Ambos países están jugando en su propio detrimento, en lugar de unir fuerzas para vencer a un enemigo común que no reconoce fronteras políticas ni geográficas".

Para Glaser, esta es además una pelea que puede ser "peligrosa", porque dificulta que ambos países gestionen adecuadamente los problemas de su relación, como sus diferencias comerciales, lo que tendrá inevitables consecuencias para el resto del mundo, sostuvo a BBC Mundo.
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