Historia de amor

Se conocieron en una entrega de premios benéficos, en mayo de 1999, tras lo que un Paul claramente interesado en cortejar a la ex modelo, donó 240 mil libras para la fundación de Mills.

A diferencia del primer matrimonio, el segundo casamiento de McCartney brilló por su fastuosidad. Elton John y Sting estuvieron entre los presentes, el 12 de junio del 2002, cuando Paul y Heather dieron el sí, en un castillo irlandés del siglo XVII, sin contrato prenupcial ni separación de bienes. Mal comienzo.

Desde que iniciaron su relación, la prensa inglesa acusó a Mills de ser “cazafortunas”, desconfiando de las verdaderas intenciones de una mujer que aseguraba haber combatido el tráfico de heroína en Kuwait e incluso haber rechazado una nominación al Premio Nobel de la Paz.

Paul le creyó. Incluso se encargó de llamar al diario “The Sun” para defender a su esposa de los mordaces comentarios de los que era víctima, en el 2004. Y como no hacerlo si el 28 de octubre del año anterior habían nacido su tercera hija, Beatrice.

La nueva señora McCartney, haciendo gala de su preocupación por el bien social, participó en cuanto evento de caridad pudo y, junto a su marido hizo cuantiosos donativos, como los US$1,8 millones que entregaron para los damnificados del tsunami de Asia, en el 2004.

Pero la solidaria luna de miel les duró poco. Fue el mismo Paul, quien había incluso dejado de fumar marihuana por petición de Heather, el que pidió la separación en  2006 por “diferencias irreconciliables”.
En adelante los escándalos de la pareja llenaron los diarios de todo el mundo, saliendo a la luz pública las curiosas fotografías en las que Mills sale desnuda, y reportajes que desmienten su historia de entrega a la paz mundial.

Por su parte, la ex modelo se ha encargado de ir a incontables programas de TV, para entregar su versión de los hechos: maltrato físico del músico hacia ella y abusos psicológicos son sólo algunos de los pesares que Mills alega haber vivido con el artista.

Esto, sumado a la difamación que dice haber sufrido por parte de la prensa, le han acarreado amenazas de muerte, que la han tenido al borde del suicidio, según ha comentado.

Paul y Heather Mills
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