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Licencia "por obligación", bingos y hasta una pelea con la polola: Cinco historias de hinchas chilenos que viajaron a Brasil

La travesía de la selección se acerca a su fin y aquí recopilamos algunas aventuras de fanáticos nacionales que estuvieron en la Copa América 2019 acompañando a la "Roja".

05 de Julio de 2019 | 20:35 | Por Claudio Ortega, enviado especial a Brasil
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Agencia Uno
SAO PAULO.- Sólo queda una estación más y la aventura de la "Roja" por la Copa América 2019. Una travesía de un mes por Brasil que estuvo marcada por el gran apoyo de hinchas chilenos en las distintas ciudades en que estuvo la selección.

Muchos hicieron esfuerzos económicos, otros extensos viajes. Algunos se organizaron durante meses y otros viajaron con la familia completa.

Muchas historias por contar. Aquí unas cuantas de esos fanáticos que hicieron de todo por acompañar a la "Roja" en el camino al tricampeonato, que lamentablemente no terminó con todos esperaban.

Un viaje express y agotador

El día que Chile clasificó a semifinales Rodrigo no lo pensó dos veces. Cerró los ojos y compró dos pasajes a Porto Alegre. Uno para él y otro para su hijo Pedro, de 12 años.

Ya con los pasajes listos, vino la búsqueda de entradas. Rodrigo hizo las gestiones y mediante un compañero de trabajo logró comprar dos tickets. En ese momento comenzó la travesía.

"Con todo listo fui a pedir unos días de vacaciones, pero no me los dieron. El tema es que tenía todo comprado y no iba perder la ilusión y la plata. ¿Qué hice? Tiré una licencia y les dije que no me dejaban otra opción", cuenta.

Rodrigo y su hijo tomaron rumbo a Porto Alegre y llegaron el mismo día del partido. Fueron al hotel de la "Roja" y el pequeño Pedro logró sacarse fotos con algunos de sus ídolos. Más tarde vino la derrota ante Perú y una travesía de 12 horas con escalas en Sao Paulo, Río y Buenos Aires para volver a Chile. "Una lástima el resultado, pero la experiencia jamás se olvidará", resumen.

Un viaje planeado un año con bingos y completadas

Cinco amigos de la ciudad de Angol conversaban un día de la Copa América cuando uno de ellos lanzó: "¿Y si vamos?". La respuesta fue al unísono. "Vamos".

Ese día de mayo de 2018 comenzó la aventura. Se organizaron para juntar plata con bingos, rifas y completadas. Todo servía. "El proceso hasta llegar a la meta fue entretenido, aunque en un momento pensamos que no lo conseguíamos. Pero no bajamos los brazos, le pusimos más empeño y lo logramos", relata David.

El viaje de Santiago a Brasil lo hicieron en avión, pero el recorrido entre las ciudades en que jugó la "Roja" lo hicieron en bus para abaratar gastos. Fueron a todos los encuentros.

Las infaltables cuotas... "En 24 por favor"

Joaquín y Luciana sabía que estar en la Copa América junto a sus dos hijos (Andrea y Maximiliano), sería una experiencia única. Por eso no lo dudaron ni un minuto.

"Comenzamos a armar el plan, asumimos que no podíamos ir a todos los partidos y por eso decidimos: 'Vamos al de Uruguay y de ahí hasta que Chile termine'", detalla el electricista que vive en la comuna de Macul.

¿Cómo costearon el viaje? "Con cuotas, las infaltables. En 24 por favor, respondí cuando me preguntaron. Así el préstamo se hace menos pesado. Ahora sólo queda pagar, la parte difícil", dice Luciana entre risas.

El evertoniano solitario

Andrés vive en Santiago, pero es de Viña del Mar. Es fanático de Everton y la camiseta ruletera lo acompañó toda la travesía por Brasil.

Viajó al país sede solo, pues unos meses antes su amigo Pablo desistió por problemas personales. "Yo ya tenía todo organizado, así que decidí venir igual. Todo comenzó mal porque perdí el vuelo en Santiago por llegar atrasado, aunque la aerolínea me ayudó y finalmente pudo viajar un día después", relata.

A Brasil llegó solo, sin embargo, rápidamente se hizo de conocidos y terminó viajando casi todo el torneo con más hinchas nacionales.

Se peleó con la polola

Juan tenía claro que esta era su oportunidad. Apenas Chile clasificó segundo del grupo llamó a Laura, su pareja, y le dijo que se iba a Brasil con dos de sus amigos.

A su polola no le cayó nada de bien la noticia, pero el hombre ya tenía todo decidido y coordinado. Días después tomó su maleta y emprendió rumbo a Sao Paulo para estar en los cuartos de final.

"Mi polola se enojó, pero la oportunidad era única y el enojo se le iba a pasar. Igual pasaron dos días y no me habló, aunque ya está todo solucionado", sostiene antes de entrar al Arena do Gremio, su segundo duelo viendo a la "Roja" en Brasil.