Claudio Romero pasa "el mejor momento de mi carrera". Así lo describrió y los datos lo confirman.
Hace unas semanas el atleta chileno rompió el récord nacional en el lanzamiento del disco -que le pertenecía- y de paso logró la clasificación al Mundial de Tokio, que arranca en septiembre.
Romero realizó una marca 69,65 metros superando los 67,29 que ostentaba. Ese registro lo dejó en el séptimo puesto del Oklahoma Throw International hace menos de un mes.
No es lo único. Recientemente logró la medalla de oro en el Sudamericano de Atletismo en Mar del Plata, Argentina. Su lanzamiento fue de 64,13.
"Estoy en mi mejor momento en todo sentido. No esperaba estos resultados tan rápidamente, ha sido una sorpresa muy grata partir el año así. El objetivo es romper los 70 metros y ojalá sea en el Mundial de Tokio porque con eso sería un podio casi seguro", sostuvo en Agenda Deportes de EmolTV.
Si bien hoy brilla, hace un tiempo atrás todo fue díficil. Incluso, pensó en dejar definitivamente el deporte.
"Tenía une hernia lumbar que no me dejaba competir bien, solo sentía dolor, así competí en los Juegos Olímpicos de Paris. Me la diagnosticaron como a los 16 años, pero nunca me molestó para hacer algo. Pero en abril de 2024 en un entrenamiento, me dio un dolor en la espalda, pero también en el glúteo y en el esquiotibial. Me di cuenta que me lesioné feo, pero estaba recién clasificado a los Juegos", contó.
Y fue más atrás en su historia: "No quería saber nada más de los discos, nada. En Estonia le empecé a perder el cariño al deporte, no me salía nada. Era una nube gris... Tuve problemas que no me ayudaron en nada durante dos años (2023-2024), eso no ayudó a mi progreso y frenó mi proceso".
También recordó su bullada frase en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, donde era una de las cartas de medalla, pero falló sus tres lanzamientos. "Di la cacha", lanzó tras su pobre presentación.
"Lo pasé pésimo. Ver cómo toda esa organización y motivación no sirvió, donde los demás ganaban medallas y yo también quería, pero llegar a la pista y lanzar tres nulos fue horrible. En el túnel me puse a llorar, fue una experiencia muy dura. Ese fracaso me motiva todos los días", relató.
"Llegué a mi casa, me quedé solo en mi pieza tres días mirando al techo y saqué conclusiones: Que uno no puede dar ventajas ni margen, hay que entrenar siempre al 110% sea la competencia que sea", añadió.
Romero, además, habló sobre lo mal que lo pasó antes de los Juegos Olímpicos de París 2024, donde se repitió las historia y todos los lanzamientos fueron nulos.
"Llegué a París muy lesionado, sabía que las chances eran bajísimas. Me traté de convencer que me podía ir bien, pero sabía que era difícil. Salí muy molesto, caliente, ya después asumí de mejor forma. Volví a Chile, me operé y me replantié todo. Después de París estaba golpeado porque no me quería operar, tenía miedo. Lo hice e hice borrón y cuenta nueva y empecé a trabajar de a poco".
Finalmente habló del llamativo apodo que ha recibido en su carrera.
"Me pusieron la Bestia. El primer entrenador que tuve en Estados Unidos, que era un croata y le tenga mucha estima, siempre me motivó a romper las barreras mentales y físicas que me colocaba. Siempre estaba entrenando conmigo y me gritaba bestia, bestia. Me puso ese apodo de cariño. Otro entrenador me decía así también. Nunca me ha importado mucho como me dicen con tal que lo asocien con mi imagen. Cuando estás en el foso, en una pesa con 300 kilos, soy una bestia, no pienso en nada más".
Revisa la entrevista completa
