SANTIAGO.- En promedio, tres de cada 10 estudiantes dejan su carrera durante el primer año de universidad, según cifras del Mineduc. Sin embargo los Centros de Formación Técnica tienen la peor cifra, con un 36% de deserción. La principal razón: problemas económicos.
Creada en 2005, Fondation Forge es una organización sin fines de lucro cuya misión es facilitar una inserción laboral de calidad para jóvenes latinoamericanos de escasos recursos a través de un sistema innovador de formación y empleo.
"Invitamos a chicos -de escasos recursos- que están en cuarto medio de formación técnico profesional y les ofrecemos un proceso de formación voluntario", explica Francisco Ruiz, director de Forge Chile, quien participará en el II Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico.
"Durante todo el segundo semestre de su último año vienen, dos veces por semana, a un taller de desarrollo en habilidades blandas y a un módulo de entrenamiento", explica.
Lo que potencian en la fundación es principalmente la confianza de los jóvenes en sí mismos y una serie de mecanismos para prepararlos ante eventuales entrevistas laborales. Además de enseñarles cómo hacer su currículum y armar su propia red de contactos.
"Los resultados han sido impresionantes", comenta el director, "uno creería que los chicos, y más aún de esas edad -entre 16 y 22 años- no están interesados en este tipo de propuestas, pero vamos a darles charlas al colegio, les decimos de qué se trata y abren los ojos, ellos saben que tienen dificultades y quieren mejorar".
"Son súper conscientes que, en Chile, sin contactos, tienen muchas menos posibilidades para trabajar en una empresa con calidad laboral y, además, terminar su carrera", indica Ruiz. Es por esto que la Fundación funciona con una red de compañías asociadas al programa, las cuales se involucran en el proceso formativo de los jóvenes y, a través de voluntariado corporativo participan del él.
Así, los adolescentes pueden acceder a prácticas laborales y la posibilidad de que hagan carrera en esas empresas gracias al nexo que hace Forge con ellas. Por ejemplo: "Cuando los chicos están terminando el proceso de formación y están ad portas de la inserción laboral, van a una entrevista simulada en las mismas oficinas de LarrainVial –empresa asociada- y después reciben un feedback de los mismos expertos de la firma", dice Ruiz.
Sin mencionar las donaciones que puede hacer cualquier persona, otras empresas que destacan son Falabella, Sodimac, Pwc, 3M, Coca Cola, Bayer, Google, IBM y la misma Nestlé, compañía que realizará este miércoles el "II Encuentro de Jóvenes de Alianza del Pacífico" cuyo enfoque justamente será el de la educación dual (laboral y educacional) que intenta impulsar Forge.
Para la fundación es sumamente importante el poder hacer puente con buenas empresas ya que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) "la calidad del primer empleo es súper influyente, por eso si tu primer empleo es bueno, tienes más posibilidades de que los próximos sean buenos también", explica Ruiz.
Las cifras del éxito de Forge
El programa de la fundación nació en Suiza en 2005, pero fue recién el 2015 que su trabajo comenzó en Chile. Ruiz cuenta que en esa época empezaron con 100 jóvenes, el 2016 con 680 y, para este año, esperan llegar a los 1.100.
De la primera generación, 80 chicos terminaron el proceso de tutorías y, actualmente 54 de ellos están trabajando. "La gracia está en que nuestro programa ofrece apoyo todo el año siguiente después del egreso del colegio y los ayudamos con nuestra red de apoyo y seguimiento", dice el director de Forge Chile.
Partieron con un centro en Ñuñoa, pero debido al creciente interés de los jóvenes en participar de esta formación dual, hoy la fundación abrió otra sede en La Cisterna. En sus dos residencias reciben alumnos que vienen de Puente Alto, La Florida, Macul, Peñalolén, Ñuñoa, La Cisterna, San Miguel, San Joaquín, San Ramón, Lo Espejo, entre otros.
Sin embargo, en el mundo existen 13 centros de Forge que aspiran recibir a 30.000 jóvenes para 2020.
"Creemos que el trabajo es una herramienta de desarrollo para los jóvenes, que les da la posibilidad de seguir creciendo y seguir desarrollándose tanto en el estudio como en el trabajo. Los ayuda a alcanzar sus sueños", dice Ruiz.
Para finalizar, el director enfatiza que "si no somos capaces de capturar el talento de los jóvenes perdemos todos: las empresas y ellos (…) hay que aprovechar que hay un real interés en estos niños de situación vulnerable por trabajar en buenas empresas y tienen la aspiración de terminar sus carreras también".
