BERLÍN.- Grecia elevó la presión sobre Berlín para que acceda a hablar ya de una reestructuración de la deuda helena y desbloquee las conversaciones entre Atenas y sus acreedores en relación al tercer rescate.
El Presidente griego, Prokopis Pavlopoulos, y el ministro de Economía, Dimitri Papadimitriou, critican en sendas entrevistas publicadas hoy en medios alemanes, la posición del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, horas antes de que tenga lugar una reunión del Eurogrupo clave para Atenas.
"Es una gran oportunidad para superar la crisis", aseguró Pavlopoulos al diario económico "Handelsblatt" y consideró que "sería una pena que Wolfgang Schäuble fuese el único que no se atuviese a lo pactado".
En declaraciones a "Welt", Papadimitriou asegura que la conducta del veterano ministro alemán, adalid de la austeridad, le resulta "ininteligible", porque Atenas ha aprobado todas las reformas que se le exigieron para el desembolso del segundo tramo del tercer paquete de rescate, incluida un doloroso recorte de las pensiones del 25 %.
"Ahora no se trata de una quita de la deuda, sino de rebajar intereses o de prolongar el período de maduración de los créditos. El dinero no se pierde", asegura Papadimitriou.
Ambas entrevistas siguen a la columna de opinión que publicó ayer, también en "Welt", el primer ministro griego, Alexis Tsipras, en la que aseguraba que, una vez implementadas las reformas exigidas, su país precisa una reestructuración de la deuda para poder consolidar la recuperación económica.
"La deuda griega frena el crecimiento de manera persistente", apuntaba Tsipras, que argumentaba que es "necesaria una reestructuración de la deuda para que la economía griega pueda respirar y para que la confianza de los mercados quede restablecida".
El problema gira en esencia en torno a la negativa de Berlín de hablar de una reestructuración de la deuda griega -que equivale actualmente al 180% de su producto interior bruto (PIB)-, alegando que se acordó que este punto se abordará solamente cuando se acabe el programa de rescate y si es necesario.
Pero el Gobierno alemán quiere a toda costa que el Fondo Monetario Internacional (FMI) participe en el rescate y la institución liga su permanencia en el programa a una reestructuración de la deuda, pues la considera actualmente insostenible.
El Gobierno alemán no quiere que la cuestión griega esté presente en la campaña a las elecciones generales de septiembre, pero Atenas precisa el desembolso del segundo tramo del rescate para poder afrontar un importante pago a sus acreedores previsto para julio.