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Análisis a 10 años de la crisis global: "Nos farreamos la oportunidad de repensar el capitalismo"

El analista financiero Axel Christensen afirma que el mundo se recuperó económicamente del colapso de 2008, aunque advierte que no lo hizo desde el punto de vista político e ideológico. "Hay malestar contra las elites y eso ha llevado al resurgimiento de fuertes nacionalismos", sentencia.

27 de Septiembre de 2018 | 08:01 | Marlén Eguiguren, Emol
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Archivo, El Mecurio
SANTIAGO.- El gran economista Nouriel Roubini, apodado como "Dr. Doom" por sus catastróficas proyecciones que lo llevaron a predecir la crisis subprime en 2008, volvió a la carga: ahora augura tiempos económicos oscuros a partir del 2020. De las 10 razones que da para semejante presagio, varias de ellas tienen un punto de partida común: el resurgimiento de gobiernos populistas en Europa y Estados Unidos y el creciente apoyo en el mundo a grupos "ultra" que proponen medidas extremas.

Así, las disputas comerciales del presidente estadounidense Donald Trump con China, Europa, México y Canadá "aumentarán casi con total seguridad, lo que provocará un crecimiento más lento y una inflación más alta", analiza Roubini, mientras que Europa "también experimentará un crecimiento más lento, debido al endurecimiento de la política monetaria" y "las políticas populistas en países como Italia, que pueden conducir a una dinámica de deuda insostenible dentro de la eurozona (…) Bajo estas condiciones, otra caída global podría provocar que Italia y otros países salgan por completo de la zona euro", sentencia el también profesor de la Universidad de Nueva York.

El analista financiero chileno radicado en EE.UU., Axel Christensen, coincide con Roubini en que es muy probable que la economía global se desacelere a partir de 2020 o incluso antes, si es que se agudiza la guerra comercial. Eso sí, plantea matices.

"Que se repita lo del 2007 es poco probable. No estamos ni cerca de las distorsiones que habían generado los créditos subprime. Los bancos -que fueron la caja de resonancia de la crisis- están bastante sólidos, al menos en EE.UU. y en gran parte de Europa".

- ¿Dónde se podría estar incubando entonces la próxima crisis?

Un candidato natural es China, que sí ha visto crecer su deuda a niveles muy preocupantes. El riesgo es que una guerra comercial puede hacer estallar este exceso de deuda en una crisis. Y dada la importancia de China para tantos países emergentes -incluyendo Chile- la crisis se podría transformar en una global.

- Roubini plantea además otro riesgo: la falta de herramientas fiscales y monetarias para enfrentar una nueva crisis, ya que esos estímulos ya fueron aplicados desde 2009…

Soy menos pesimista que Roubini respecto a las herramientas que las autoridades tendrán para enfrentarla. Si bien es cierto, tienen menos municiones en el sentido de que las tasas ya están bajas (aunque subiendo) y EE.UU. ya está ocupando las balas de estímulo fiscal, también hay que tomar en cuenta que tienen mucho más experiencia en el manejo de crisis financieras.

El capitalismo y la desigualdad

Eso sí, Axel Christensen –quien hoy se desempeña como director de estrategia de inversiones para América Latina e Iberia de BlackRock- confiesa que hay algo que lo preocupa y que es más de fondo.

"Creo que si bien buena parte el mundo se recuperó económica y financieramente de la crisis financiera, no lo ha hecho desde el punto de vista político e ideológico", reflexiona.

"Nos farreamos la oportunidad de repensar el modelo capitalista y atender por qué produce tanta desigualdad y malestar contra las elites. Eso ha llevado al resurgimiento de gobiernos autoritarios, que han llevado a varios de los problemas que Roubini menciona".

- ¿A qué se refiere cuando dice que nos farreamos la oportunidad?

Pienso que somos demasiado poco críticos respecto a nuestro especial modelo de desarrollo capitalista, donde nos gusta la competencia, pero en el patio de al lado. Por eso los episodios de colusión tan frecuentes.

- ¿Está hablando de la sociedad chilena, específicamente, o en general del mundo?

Creo que el capitalismo y la elite que ha dirigido el sistema capitalista en el mundo, ambos, están en crisis. En Chile con mayor notoriedad, por el tamaño de nuestro mercado y lo cercana de las redes de las elite. En lo primero, el tamaño hace más difícil que exista un mayor número de competidores en cada industria. En lo segundo, porque es más fácil ponerse de acuerdo, hacer lobby al regulador, cobrar favores, aprovechar pitutos, en fin, apalancarse en las redes para proteger privilegios.

-¿Qué tendríamos que hacer, entonces?

El capitalismo depende mucho de la capacidad de dar rienda suelta a la destrucción creativa. Eso significa que empresas nuevas desafíen a incumbentes, incluso sacándolas del negocio. Eso es lo que precisamente se está volviendo cada vez más difícil a nivel mundial. Y siempre lo ha sido en Chile.


En lo mundial, The Economist en su número de enero hizo un buen análisis de cómo incluso en una industria tan dinámica como la tecnológica, están apareciendo oligopolios. Plantean que Google, Facebook y Amazon posiblemente no le estén haciendo bien ni a los consumidores ni a la competencia.

- ¿Y en Chile?

Hay varios ejemplos. Obviamente los casos de colusión que buscan evitar la entrada de competidores (el caso de los pollos, fue el más evidente) y la guerra de los plasmas a mediados de los 2000 entre el retail y los bancos. Estos últimos destacan en su astucia para reducir desafíos de competidores. Bien lo saben Nicolás Shea en lo que se refiere a Cumplo o Javier Etcheberry con su empresa de medios de pago.

Tema de banqueros centrales del mundo

El riesgo de grandes monopolios mundiales y la falta de competencia es, entonces, lo central de la preocupación de Axel Christensen. Y no sólo porque esto afecta directamente al mercado, sino porque eso es lo que estaría haciendo que el capitalismo y el modelo económico estén en crisis, con el descontento popular que esto conlleva. Y no es el único: en la última cita anual de los banqueros centrales del mundo reunidos en Jackson Hole, Estados Unidos, en agosto pasado, éste fue el tema principal, más allá de los tipos de interés y de la guerra comercial.

"Ha aumentado notablemente la actividad económica asociada a las grandes multinacionales, mientras que se ha concentrado el poder económico en muchas y diferentes industrias, con un descenso de la competencia", remarcó el comunicado oficial del encuentro.

Y no sólo eso: el término "monopsonio" se impuso. Y no es más que el monopolio del comprador, que antes estaba en manos de muchos consumidores y hoy, plantean, sólo en un puñado de empresas vendedoras globales como Amazon.
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