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César Hidalgo y el futuro digital: La economía del conocimiento puede generar desigualdades mayores que la del capital

El físico nacional y profesor del MIT reflexiona, tras haber recibido el Premio Lagrange, que el verdadero conocimiento es "el saber hacer" y que "la destreza más importante es aprender a aprender".

09 de Diciembre de 2018 | 07:56 | Por Marlén Eguiguren, Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- El conocimiento es la clave del mundo actual y de cualquier proyección que se quiera hacer para el futuro. Y César Hidalgo define el conocimiento como el "saber hacer". Esa es la base de lo que promueve este físico y experto en inteligencia artificial chileno radicado en Boston, donde es director del grupo de aprendizaje colectivo del Media Lab del MIT y recientemente ganador del Premio Lagrange, reconocimiento mundial entregado por la fundación ISI en Italia.

Por eso es enfático al aconsejar a un joven de 14 años que está planificando su futuro: "Debe aprender a aprender. Ésa es la destreza más importante. Lo que uno debe saber cambia en el tiempo, sobre todo con la aceleración de la tecnología. Lo que hay que aprender es cómo aprender cosas difíciles de manera recurrente".


Hablar de conocimiento, eso sí, en la era de la globalización y la digitalización es paradójico. Por mucho tiempo se creyó que con internet el conocimiento se repartiría geográficamente, descentralizando el mundo y ofreciendo oportunidades en nuevos lugares, antes rezagados por estar ajenos a la mecánica de la producción. Sin embargo eso no ocurrió. Por el contrario.

"Internet no reparte el conocimiento porque lo que comunica son mensajes"
, sentencia Hidalgo en entrevista con Emol. "En la web podemos acceder a videos, texto, imágenes y datos. Pero el conocimiento es más complejo: es saber hacer, no solo saber sobre algo. Piensa en una empresa farmacéutica. Esta no es un grupo de estudiantes recién graduados del pregrado con una conexión a internet. El conocimiento -el saber hacer- es social y se difunde lentamente a través del trabajo en equipo durante periodos prolongados de tiempo".

Y pone otro ejemplo: "Piensa en un equipo de fútbol donde todos los jugadores nunca han pateado una pelota y solo han visto videos en internet sobre fútbol. ¿Serían un buen equipo? Claro que no. La experiencia en un contexto social es fundamental para la difusión de conocimiento. Esto limita mucho la difusión espacial del conocimiento".

- Para difundir el conocimiento entonces, ¿hay que ser intensivo en crear universidades, institutos y centros de pensamiento?

"Si el talento migra al lugar correcto genera crecimiento que no es suma cero. El conocimiento y crecimiento que pierde el lugar del que se va la persona, es menor que el que se genera con la migración a un centro de conocimiento"

César Hidalgo

"Al revés. Es más fácil llevar a las personas al conocimiento que el conocimiento a las personas. Esto es porque el conocimiento está almacenado en redes de personas. Tratar de generar una universidad, instituto, o centro de generación de conocimiento en cada esquina del mundo no funciona. No tienes suficientes maestros para eso. A esa escala, se debe hacer lo mejor que se pueda, pero se debe tener claro que las oportunidades de migración deben estar abiertas para los individuos con más talento".

Riqueza en manos de pocos: ¿un nuevo contrato social?


Para César Hidalgo, la creación de conocimiento no es el resultado de países ni de culturas, sino que de una elite global, bastante pequeña, que es muy internacional.

"Basta ver libros como 'Gift of Global Talent' que acaba de lanzar Bill Kerr de Harvard, para llenarse de números sobre la importancia y la concentración de la migración de talento. En Estados Unidos, más del 50% de la fuerza laboral con doctorado en ciencias o ingeniería son nacidos fuera del país. De los unicornios recientes también en Estados Unidos, el 50% tiene -al menos- un fundador extranjero".


El problema es que esta naturaleza internacional de las actividades intensivas en conocimiento está en muy pocos lugares. De los unicornios globales (empresas de más de US$ 1.000 millones en su etapa inicial), el científico explica que 66% ocurrieron solo en diez ciudades: seis en Estados Unidos (Silicon Valley, Nueva York, Los Angeles, Boston, Seattle, y Chicago), tres en China (Beijing, Shanghai y Hangzhou) y una en Europa (Londres).

"Lo que Chile va a necesitar más y más es tener vínculos fuertes con estos hubs globales, desarrollando presencia en sitios como Boston, San Francisco, y Shenzhen", recalca.

Sin embargo, esto engloba una preocupación: la concentración de la riqueza. Si el conocimiento depende de redes de personas y esas redes están en pocos lugares ya determinados, distribuir las ganancias que se generan será un desafío.

"Las economías intensivas en conocimiento y medios de comunicación pueden generar desigualdades mayores que las economías basadas en el capital", sentencia César Hidalgo.

"Piensa en la industria hotelera. Ahí, el capital es el hotel y su ubicación. Pero cadenas como Marriot tienen que emplear a una persona por cada 10 habitaciones. Plataformas como Airbnb escalan cien veces más eficientemente que los hoteles, con un empleado por cada mil habitaciones", dice.

"Creo que la oferta y la demanda para la creación de más y mejores índices económicos nos indican que vamos a llegar a tener métricas como medidas de conocimiento nacional durante este siglo"

César Hidalgo

Y los ejemplos sobran para Hidalgo. Habla de WhatsApp, por ejemplo, que se vendió con 55 empleados a US$ 19 mil millones. O Google, que contrata solo el 10% de las personas que General Motors contrató en su apogeo de los años 70. Y es que la escalabilidad de las nuevas tecnologías -el número de clientes por empleado- son enormes.

"Con la nueva abundancia vamos a llegar a un punto que vamos a tener que repensar el contrato social. Se va a generar mucha riqueza. Pero esta riqueza va a ser creada por equipos de pocas personas", reflexiona.
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