Cuba cuenta con dos monedas desde hace 26 años. El peso cubano (cup), utilizado por el estado para pagar salarios y cobrar los servicios básicos; y el peso convertible (cuc), cuyo valor es igual al dólar y equivale a 24 cup. Con esta medida las autoridades buscan eliminar algunas distorsiones de la economía y desigualdades sociales.
Quizás esta es la medida más importante y sensible, pues es lo que permite un equilibrio entre la economía doméstica con el mercado externo, del cual Cuba es sumamente dependiente.
Actualmente hay dos tasas de cambio principales. Una para las empresas estatales (correspondientes al 85% de la economía), que es de un cup con valor de un dólar y que provoca grandes distorsiones y desequilibrios en la economía. La otra tasa, válida para la población en general, es un dólar equivalente a 24 cup. Esta será la que prevalezca como tasa única, informó Díaz-Canel, lo cual tendrá consecuencias directas e inmediatas tanto para la macroeconomía y más tarde para las pequeñas economías domésticas.
Con la nueva tasa de cambio única de 24 cup por dólar, se produce una devaluación sustancial de la moneda nacional frente a la divisa norteamericana para el sector empresarial.
La economía cubana ha estado sostenida con numerosos subsidios estatales, tanto para mantener el ineficiente sistema empresarial estatal, como para la vida cotidiana de los trabajadores. Se plantea que se eliminarán la inmensa mayoría de estas subvenciones y que sólo queden algunos apoyos como al precio de la leche para niños y de los medicamentos para enfermedades crónicas.
Para equilibrar todo lo anterior, el gobierno tiene previsto un aumento promedio de 450% los salarios y de 500% de las pensiones. Para ello, las autoridades han determinado una canasta básica, cuyo monto no han revelado. A partir de esa canasta, se fijará el salario mínimo que estará vigente en el país, a partir de entonces.