Las embestidas de la megasequía se siguen sintiendo con fuerza en nuestro país. Según datos del Ministerio de Agricultura, al mes de julio de este año, las regiones entre Atacama y Maule registran déficits de precipitaciones entre un 62% y 80% comparado con el promedio histórico de 1981 y el 2010.
A este complejo panorama se le suman las alzas de temperatura asociadas a la crisis climática, la baja acumulación de nieve y menor recarga de acuíferos y caudales que convierten.
Bajo este escenario, además de anunciar la implementación de un fondo de emergencia por un total de $8 mil millones, la semana pasada el Gobierno decidió decretar emergencia agrícola por escasez hídrica en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins y Maule, las cuales se suman a Los Lagos, que permanece bajo dicha condición desde abril pasado. Además, este domingo se sumó la RM, junto con el anuncio del Ejecutivo del "Plan contra la sequía".
De esta forma, cerca de 200 comunas en todo el territorio nacional se encuentran bajo ese estado.
No obstante, el perjuicio a la ganadería, la apicultura, y una gran variedad de cultivos no son las únicas secuelas asociadas al déficit de agua, sino que esto conlleva además riesgos de endeudamiento para los productores, y en la mayoría de los casos, ello deriva en la necesidad de acudir a créditos bancarios o estatales para poder solventarse. A su vez, esto implica, en muchos casos, la priorización de ciertos productos por sobre otros.
En ese sentido,
Jorge Valenzuela, presidente de la Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta), comentó a este
Emol que "hay una suerte de reordenamiento productivo en términos de cuáles son los cultivos que más te rentan porque hay que dar prioridad al agua, y los que no tanto, no se están regando, y eso puede provocar un deterioro de caja en algunos productores".
En esa línea, a principios de agosto desde Fedefruta emitieron un comunicado en el que solicitaban medidas urgentes para hacer frente a la crisis, como "la adquisición de estanques móviles colectivos para la pequeña y mediana agricultura, y el apoyo a la reprogramación de cuentas impagas de servicios básicos, y de deudas contraídas con la banca".
El caso de la cuarta región
En base a esto último, y ante la posibilidad de que el sector reporte problemas para acceder a financiamiento por parte de los bancos a raíz de la sequía, el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Cristián Allendes, afirmó a este medio que "hemos conocido casos de agricultores de la cuarta región que ya han evidenciado que la banca está mucho más restrictiva para créditos e incluso capital de trabajo, producto de la sequía, lo que es perjudicial para el sector".
"Para que eso no suceda es que el Estado debe comprometerse con la máxima ayuda para que el sistema agroalimentario pueda seguir operando lo mejor posible en favor de sus regiones sus habitantes y de la seguridad agroalimentaria", agregó.
Desde la perspectiva de María Inés Figari, presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN), entidad gremial que cuenta con más de 160 socios directos, entre los que se encuentran pequeños, medianos y grandes productores de la Región de Coquimbo, "existe un alto endeudamiento en el sector agrícola desde hace mucho tiempo".
"Hemos conocido casos de agricultores de la cuarta región que ya han evidenciado que la banca está mucho más restrictiva para créditos e incluso capital de trabajo, producto de la sequía, lo que es perjudicial para el sector"
Cristián Allendes, presidente de la SNA
Y continuó "desde hace quince años, por lo menos, cuando el dólar estaba tan bajo que fue descapitalizando a la empresa agrícola y finalmente empezaron a aparecer los otros dolores, como fue la sequía, como fue el cambio de variedades en la gobernación, que ha provocado que haya que endeudarse para poder seguir en este sistema de agricultura exportadora".
Tras ello, sostuvo que todo esto se ha agravado debido a la sequía y al cambio climático. Entonces, ¿qué sucede hoy día?, según Figari, las dificultades para acceder a apoyos económicos por parte de la banca se explica porque "el negocio dejó de ser atractivo, ahí está el grave problema, de cómo competir en una situación que hoy día no la manejamos nosotros los agricultores".
Y agregó: "las personas que no han podido pagar este año sus cuotas del año o los intereses, si lo proponen, sí se lo pueden repactar, pero no tiene capital de trabajo, y una agricultura sin capital de trabajo es nada (…) lamentablemente no hay una seguridad de que tú vas a poder devolver esos créditos, entonces ahí se encuentra el problema".
"Al no tener suficiente capital de trabajo tú no puedes contratar a las personas para que te hagan un trabajo, y lo otro, es no poder comprar los productos, porque se cierran los créditos. La agricultura vive de ingresos de la actividad, pero también de crédito bancario y de crédito de proveedores"
María Inés Figari, presidenta de la SAN
Respecto a las consecuencias que esto puede traer para el rubro, la presidenta de SAN indicó que "al no tener suficiente capital de trabajo tú no puedes contratar a las personas para que te hagan un trabajo, y lo otro, es no poder comprar los productos, porque se cierran los créditos.
La agricultura vive de ingresos de la actividad, pero también de crédito bancario y de crédito de proveedores".
"Compras un producto y das las facilidades para pagarlo, pero al estar tan crítica la situación no se empieza a pagar, por lo tanto, ya los proveedores están restringiendo sus créditos porque no pueden quedar en la calle tampoco", resalta.
Para Raimundo Pérez, socio de la SAN y productor de nueces, la banca "cerró la puerta a no ser que sean grandes empresas, transnacionales, pero a los pequeños y medianos les cerró definitivamente la puerta, no hay créditos", y sostiene que "hay más trabas, o de frentón a algunos les dicen que no por el endeudamiento, aquí el que más ha sacado la cara es el BancoEstado, pero los bancos comerciales no (…) sobre todo con esta sequía".
En vista de esto, la situación se ha vuelto aún más compleja según Jorge Valenzuela, titular de Fedefruta, quien apuntó que "la gente de riesgo de los bancos, para ver los capitales de trabajo y los créditos, está pidiendo la situación hídrica de los productores. Antes no te pedían el detalle, hoy están pidiendo el detalle", algo que viene ocurriendo desde este año, de acuerdo al representante gremial.
En efecto, Figari indicó que, como se está produciendo un racionamiento de aguas para poder abastecer al agro, la ganadería, y los demás sectores, esto es algo que "está tomando en cuenta el banco, qué porcentaje de agua me están dando, para qué me va a servir".
"Esto se ha venido desde hace tiempo ya, ha sido paulatino, a medida que comenzó el racionamiento de aguas, también empezaron a pedir más antecedentes, hay acciones que tú tienes derecho a agua mientras haya agua en ese canal, pero como hay sequía (…) ese derecho es esporádico mientras hay agua, entonces esas son las cosas que considera la banca para hacer un análisis de cada empresa", explica.
Con todo, advierte que "una cosa es el trabajo de la banca y otra es que las iniciativas de Gobierno que puedan salir en ayuda de los agricultores en esta condición que no depende de la agricultura, eso es una condición que tenemos que tener presente, donde se ven afectados muchos y especialmente pequeños agricultores".
Finalmente, consultada por sus impresiones ante el decreto de emergencia agrícola en la región, la presidenta de la SAN dijo: "estábamos esperando esto, porque la verdad es que la sequía ya está instalada y necesitábamos este decreto de forma urgente para que pudiera llegar algún apoyo económico".
