Mientras las altas temperaturas y el fuego arrasan con miles de hectáreas en la zona centro-sur del país, la delicada relación entre el Gobierno y el sector privado sufrió un nuevo traspié luego de que el Presidente Gabriel Boric instalara la idea de tener una "regulación distinta" para la industria forestal -situación que generó molestia y reacciones en distintos grupos empresariales-.
El debate fue creciendo con el paso de los días, y varios alcaldes incluso plantearon la opción de crear un
royalty forestal, es decir, aplicar tasas adicionales a las grandes firmas del rubro con el objetivo de que esos recursos queden en las regiones respectivas. Dicha propuesta incluso generó un cruce entre el ministro de Agricultura,
Esteban Valenzuela, y la titular de Interior,
Carolina Tohá, pues si bien el primero dejó la puerta abierta a su análisis, la secretaria de Estado se encargó de sepultar la idea.
"En este Gobierno no está previsto hacer nuevas formulaciones tributarias más allá de las que están pensada en la reforma tributaria", aseguró Tohá el miércoles pasado con el fin de zanjar la controversia. Su intervención, además, agregó una razón técnica: "La industria forestal no cumple con las características de aquellas actividades que generan royalty. Es decir, no se trata de un recurso natural no renovable de propiedad del Estado".
La discusión escaló a un tema político que elevó las tensiones entre el Ejecutivo y las empresas del rubro forestal en un momento en que es relevante concentrar las energías en controlar los incendios. Y pese a que la ministra Tohá decidió cerrar el tema de manera oportuna para evitar que siguiera tomándose la agenda, algunos parlamentarios sostienen que la materia podría reflotar una vez que se reanude el debate por la reforma tributaria en marzo.
Es más, el diputado y presidente de la comisión de Hacienda de la Cámara, Jaime Naranjo (PS) comentó a El Mercurio que, pese a los vaivenes del Ejecutivo, el asunto de la regulación ya está instalado. "El tema no va a salir de la mesa de discusión, y quien quiera meterlo debajo de la alfombra está muy equivocado", manifestó.
En esa línea, expertos consultados por Emol analizaron si se justificaría la propuesta de elevar la carga tributaria de esta industria en particular.
Según datos del Banco Central, el sector forestal -que contempla la silvicultura, maderas y muebles, celulosa, papel e imprentas- representó el 1,8% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional en 2021, alcanzando los $4.369 millones. Cabe consignar que en 2018 el rubro llegó a aportar un 2,2% al PIB chileno, con $2.106 millones.
Para Gonzalo Guerra, abogado tributario estudio Arteaga Gorziglia, "la industria forestal tributa como cualquier otra industria, y dado que no se dedica a la extracción de recursos naturales como la minería del cobre o litio, y la pesca no se ve justificado un impuesto adicional a dicho rubro".
Por su parte, el abogado tributario y socio fundador de Bustos Tax & Legal, Claudio Bustos, planteó: "no me parece que estén dadas las condiciones para aumentar la carga tributaria a las empresas en ningún ámbito".
A este respecto, Bustos precisó que "las empresas del rubro forestal no son ajenas a la tributación general que afecta a las empresas, consistente en el impuesto de Primera Categoría, el cual actualmente es de tasa 27%, una tasa sumamente alta y que nos ha hecho perder competitividad en el ámbito tributario a nivel internacional".
"Si a eso se le suma la desintegración del impuesto a la renta que propone la reforma tributaria en trámite, la carga impositiva de los negocios en Chile en la actualidad es elevada. Hay que considerar que la tributación influye directamente en las decisiones de negocios, y una carga tributaria alta, puede desincentivar la inversión y, con ello, contribuir a un menor crecimiento económico", acotó el abogado de Bustos Tax & Legal.
En tanto, Juan Infante, socio de Tax & Legal de KPMG, sostuvo que "la discusión en torno a los impuestos es parte de la política y siempre debe existir. Sin embargo, tal vez el momento no es el preciso para discutir un proyecto de esta naturaleza, ya que actualmente se están tratando muchos temas relacionados en simultáneo, tales como la implementación de la reforma tributaria del Gobierno anterior, los cambios que supone la nueva reforma tributaria, un proyecto de impuestos correctivos que supuestamente se presentará a discusión, potenciales cambios al proyecto de ley de plataformas de apuestas en línea, entre otros".
"Creo que anticiparse y empezar a gravar industrias en particular puede ser un error, ya que puede derivar en sistema tributario aún más complejo, sectorial, y que, sin un análisis pausado, puede potencialmente generar que la carga tributaria no quede debidamente distribuida", añadió Infante.
Humberto Borges, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado, considera que "hay que regular la industria, multarlas por incumplimiento o crear fondos especiales de seguridad que, finalmente, permitan focalizar los fondos recaudados. El problema es el cambio climático, seguridad ante incendios y mantener una seguridad constante. En ese caso un impuesto es simplemente más leña al fuego y no soluciona el problema de fondo".
Experiencia internacional
Consultado por la tributación forestal en el plano internacional, Guerra dijo que "esta industria a nivel internacional tributa por las ganancias de la explotación, exportación y por la propiedad del suelo. A nivel internacional existen incentivos a la reforestación, a la mantención de bosques nativos, y a la generación de bonos de carbono".
"Creo que anticiparse y empezar a gravar industrias en particular puede ser un error, ya que puede derivar en sistema tributario aún más complejo, sectorial, y que, sin un análisis pausado, puede potencialmente generar que la carga tributaria no quede debidamente distribuida"
Juan Infante, socio de Tax & Legal de KPMG
Bustos mencionó que generalmente la tributación forestal no es la más relevante. "Existen tributos de carácter ambiental, cuya finalidad justamente es la protección del medio ambiente, pero están más bien dirigidos a la industria que produce energías contaminantes. Se trata, además, de países desarrollados en los cuales el Estado también entrega ciertos subsidios a la actividad empresarial en diversos ámbitos, algo que no ocurre en Chile", aseveró.
Mientras que Infante, de KPMG, recalcó que "el concepto de royalty a la industria forestal es algo poco desarrollado en la legislación comparada, y contraintuitivo en términos conceptuales, ya que se aplica para actividades extractivas, como la minera, donde los recursos extraídos y explotados no se regeneran. Lo preciso es hablar de impuesto específico a la actividad forestal".
Junto con ello, explicó que la legislación comparada "es escasa". "Existen algunos impuestos de esa naturaleza en Honduras, en algunas provincias de Canadá o estados de EE.UU., donde se aplican distintas fórmulas,que pueden ser tasas sobre los ingresos, sobre un margen operacional forestal, entre otras", señaló.
Por lo mismo, aclaró que "en caso de que se inicie seriamente una discusión en torno a la industria forestal, una posibilidad es seguir una fórmula similar al impuesto específico a la actividad minera, siendo económicamente más razonable enfocarse en un impuesto al margen operacional, que permita ser deducido del impuesto a la renta general y así evitar distorsiones y doble tributación sobre una misma utilidad".
