Debido a la alta inflación, las distintas industrias han modificado la forma en la que operan, han optimizado el presupuesto y definido nuevos objetivos. Por ejemplo, en el rubro de los almacenes de barrio, están tomando medidas especiales, fundamentalmente en su ciclo de abastecimiento, que les permite una mejor planificación y ahorro, pero también cuidar el bolsillo de sus clientes habituales.
Según los expertos, el principal cambio de hábito de compra detectado en los almaceneros es en relación al mix de productos que están ofreciendo en sus negocios. Hoy los emprendedores optan por marcas alternativas en artículos de primera necesidad, poniendo a disposición la misma mercadería, pero a un menor precio.
Cristán Eben, gerente de Gurú Analytics, área de estudios de Almacén Gurú, sostuvo que "es una buena estrategia comercial lo que están aplicando. El contexto económico es complicado para todos, por lo que considerar marcas B para sus góndolas significa un porcentaje de ahorro al momento de abastecerse y permitir que sus vecinos encuentren lo que necesitan a precios razonables".
Otro relevante cambio que han detectado desde la startup especializada en digitalización de almacenes de barrio, es el formato en que ofrecen sus productos, sumándose a la tendencia de la venta a granel. Esta práctica tiene ventajas e impactos en diferentes aspectos, como por ejemplo, la disminución de la contaminación por envases plásticos y la posibilidad de los clientes de comprar solo lo necesario, ahorrando dinero y evitando el desperdicio de alimentos.
"Antes compraban cada 15 días, ahora es cada cuatro; y si antes gastaban un millón de pesos al mes, ahora desembolsan alrededor de 200 mil pesos cada semana. Además, si ven que no están obteniendo ganancias, cambian de producto. Por lo tanto, podemos ver que aumentó la frecuencia de compra, pero disminuyó el ticket promedio", concluyó Eben.