La semana pasada la empresa sueca Northvolt AB informó que había logrado un gran avance con la tecnología basada en sodio para el almacenamiento de energía. El anuncio se sumó al de otras dos empresas chinas, que con anterioridad habían comunicado que estaban incursionando con baterías de iones de sodio, algunas de las cuales ya se comenzarían a utilizar en algunos vehículos.
Las señales de estas gigantes alertaron a la industria del litio. Y es que el sodio -que se encuentra en sales de roca y salmueras en todo el mundo- no solo tiene potencial en el almacenamiento de energía y baterías para vehículos eléctricos -como el litio- sino que también es más barato y mucho más abundante.
Es justamente a partir de estas particularidades que muchos comenzaron a preguntarse si es que el avance de las baterías de sodio podría significar una reestructuración en una industria que se considera fundamental para la transición energética y, por qué no decirlo, en un impacto para el futuro de la industria del litio en Chile.
Los expertos, sin embargo, ponen paños fríos. Y es que si bien reconocen ciertas ventajas que podría llegar a tener el sodio frente a la industria del litio, ven lejana la posibilidad de que este último ceda demasiado terreno en una industria en la que aventaja y que ya domina.
Batería de sodio tiene menor autonomía
Álvaro Videla, profesor de Ingeniería de Minería UC, tiene una mirada enfática acerca de la teconología basada en sodio. "Es improbable que reemplace la industria del litio en el mediano plazo, porque tiene un peor desempeño y peores prestaciones", dice.
Al respecto, agrega que "el sodio es más barato de producir y por ende puede reducir el costo de un pack de baterías para el usuario final de un auto eléctrico, por ejemplo"
"Sin embargo -dice- su capacidad de almacenar energía por unidad de pes, lo que se conoce como densidad energética, es menor por lo cual una batería de sodio tiene menor autonomía para igual peso que una batería de litio, lo que implica que el usuario final se vería en la necesidad de recargar de manera más seguida o realizar tramos de viaje más cortos".
Su diagnóstico coincide con el del profesor Luis Llanos, académico del departamento de Ingeniería Industrial, U. de Chile y experto en transición energética. A su juicio, el sodio, "respecto del litio, tiene la desventaja que es tres veces más pesado por unidad de energía almacenada".
"Más que un reemplazo del litio -añade- yo diría que podría ser más un complemento. Es decir, vamos a usar baterías de litio en aquellas aplicaciones donde el peso es importante, como los teléfonos celulares o los autos, y probablemente las baterías de sodio sí ganene su espacio en redes eléctricas o en baterías estacionarias, done el peso no debería ser un factor".
"El sodio es más barato y abundante, pero, por un lado, el desarrollo de las baterías esta recién iniciándose. Para que esté probado y utilizado, se necesita un desarrollo de a lo menos 10 años", dice, por su parte, Julietta Zamora, Geóloga Facultad de Ingeniería UDD.
La académica coincide con sus pares: "Si comparamos el litio y el sodio, el sodio tiene una capacidad de almacenaje menor y es más denso. Son similares, pero hay características que hacen el litio sea mejor".
Desde la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) en tanto, Álvaro Merino, gerente de estudios, indica que "sin duda que el avance del desarrollo tecnológico de las baterías de ion sodio, constituyen una eventual amenaza para la industria del litio y para Chile", pero matiza señalando que "falta aún mucho camino por recorrer, pues muestran algunas desventajas respecto de las de ion litio".
La baterías de ion sodio, dice también "almacenan menos energía en mayor espacio, a lo que se agrega que al operar a voltajes más bajos, los tiempos de carga y descarga son menos eficientes"
¿Se verá afectado Chile de algún modo?
Videla, de la UC, dice que es s muy probable que las baterías de sodio se consoliden en ciertos nichos. "Pero dada sus desventajas comparativas -agrega- bastará con que la industria del litio sea competitiva en costos para mantener una proporción de la demanda muy significativa en la industria de autos eléctricos".
Para Zamora, en tanto, el país de todos modos se está quedando atrás. "Si la industria del litio en Chile no se desarrolla con mayor agilidad, va a perder competencia. Hay pronósticos que apuntan a que, en 2027, de ser el segundo productor de litio, vamos a pasar a ser los cuartos. Eso no es necesariamente por el sodio y las baterías, porque ahí aún falta desarrollo", explica.
Para Luis llanos, en tanto, "la industria del litio en Chile y en el mundo ciertamente va a ser afectada por este nuevo competidor (...) pero es muy prematuro, y estamos demasiado lejos ver una situación en la que el litio no sea necesario para la transición enérgetica en el mundo".
Desde Sonami, por último, Merino plantea que "aún falta mucho camino por recorrer para el desarrollo de las baterías de ion sodio" y que "como país debemos tomar las decisiones que correspondan, con la celeridad que la situación amerita, a fin de aprovechar la ventana de oportunidades que se ofrecen ante el crecimiento de la demanda por litio debido al desarrollo de la electromovilidad y las energías limpias".