El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que para el trimestre abril-junio se crearon 286 mil nuevos empleos en un año. ¿El problema? De ellos, 176 mil corresponden a puestos de trabajo informales.
La cifra reveló un alza de 1 punto porcentual en 12 meses y una realidad difícil de esquivar: 2.631.514 trabajadores en la informalidad, de un total de 9.321.380.
Con los números de ayer, así, la tasa de informalidad se elevó de un 27,2% en el trimestre abril-junio de 2023 a un 28,2% en el mismo periodo de 2024. Quedó al descubierto, además, que el 61,5% de los empleos creados en un año en el país son informales.
Si bien se está por debajo de los niveles de informalidad que había hasta antes de la pandemia -que alcanzaban el 29%- los economistas ven con preocupación la cifra. Se trata, dicen algunos, de un problema "estructural" para la economía chilena, que lleva décadas sin resolverse.
Ponen un énfasis, además, en el golpe que esta realidad significa para el sistema, pues la informalidad no cotiza ni paga impuestos, por lo que carga con el empleo formal.
"Problema estructural" con serias consecuencias
David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales UC, dice que la tasa probablemente seguirá creciendo hasta 29%. "La tasa es alta y es uno de los problemas estructurales en la economía", dice.
"Tiene niveles de esta magnitud hace al menos tres décadas. Es preocupante e incide de manera muy significativa en temas como el ahorro previsional que financia pensiones, la cobertura en la seguridad social".
Cecilia Cifuentes, directora ejecutiva Centro de Estudios Financieros ESE Business School, coincide en que se trata de un problema estructural. El gran problema, explica, es que hay un segmento grande "de la población que se queda sin seguridad social y por lo tanto es una carga para el resto de la población que es formal".
En esa línea, sostiene que "impacta la base tributaria en forma muy importante, entonces además si uno no corrige este problema, lo que empieza a pasar es que la economía formal tiene que llevar la carga de la economía informal, lo que sigue generando un incentivo permanente a ser informal".
Asimismo, explica que no se debiesen establecer políticas de subsidio que fomenten la informalidad. "El gobierno dio a conocer el marco de puntos que tratarían de discutir en la reforma previsional, se insiste en ese marco, en la mirada errada de mejorarle las tasas de reemplazo a personas que han cotizado muy poco y eso no es otra cosa que fomentar entonces la informalidad", sostiene.
El ex subsecretario de Hacienda y actual decano de Economía y Gobierno de la USS, Alejandro Weber, por su parte, asevera que "la informalidad atenta contra el crecimiento de la economía, la recaudación fiscal, la seguridad de los consumidores y las pensiones".
"La informalidad atenta contra el crecimiento de la economía, la recaudación fiscal, la seguridad de los consumidores y las pensiones"
Alejandro Weber, ex subsecretario de Hacienda
Añade, así, que "es uno de los principales factores que explica la evasión tributaria, especialmente del IVA, que hoy llega al 20%. Los informales no pagan impuestos y por lo tanto el Estado deja de recaudar cuantiosos recursos que podrían ser usados en mejores políticas sociales".
"Al mismo tiempo -advierte- los informales no cotizan, por lo tanto enfrentarán una vejez desprotegida. La única pensión a la que podrán acceder es la Pensión Garantizada Universal, pero recibirán cero pesos del pilar contributivo. Tanto así, que de los jubilados actuales un 23% nunca cotizó, lo que explica sus bajas pensiones".
Tomás Flores, economista de LyD, tiene una opinión similar. Asevera que "una economía crecientemente informal reduce la recaudación tributaria y el impacto de reformas relevantes como la previsional, ya que cerca de un tercio de los trabajadores no cotiza nada y por tanto menos pagarán la cotización adicional".
Recalca, además, que "para un trabajador informal se le hace cada vez más difícil volver a la formalidad".
¿Soluciones?
Según explica Bravo, abordarlo requiere que se convierta en un "problema de alguien". "Es un problema de todos, osea, de nadie", dice.
Se necesitan "buscar mecanismos que se adecúen a los distintos independientes, para efectos de generar una vía por la cual se pueda cotizar. El segundo elemento tiene que ver con eliminar todos los desincentivos que hay para que las personas coticen. Y esos son en muchas ocasiones los mismos programas sociales, que hacen que las personas pierdan incentivos a cotizar".
Cifuentes, por su parte, dice que es "importante que la reforma de pensiones, si se establecen beneficios contributivos, tienen que ser para las personas que efectivamente contribuyan al menos 15 o 20 años y no seguir mejorando las pensiones a personas que han cotizado menos de 10 años".
Weber, en tanto, dice que "la principal herramienta para reducir la informalidad es retomar el crecimiento económico. Cuando nuestro país más empleos formales ha creado es cuando más ha crecido, por ejemplo en el último ciclo exitoso del periodo 2010-2014, cuando el PIB per cápita creció en torno al 5% y se crearon más de 1 millón de empleos formales".
Por último, Flores asevera que es necesario "elevar la multa a los empleadores que tengan a sus trabajadores sin contrato".
¿Informalidad de 38%?
David Bravo afirma no concordar con la metodología del INE para medir la informalidad. Explica que la insitución utiliza un mecanismo internacional que recomienda la OIT, pero que no es el más apto para el país.
Así, dice que es "el criterio de formalidad previsional que lo que nos permite saber si las personas están cubiertas con seguridad social y en particular están ahorrando para para su pensión".
En esa línea, explica: "Si usamos ese indicador como un indicador de formalidad, la tasa de informalidad no es de 28% en Chile, sino que actualmente es de 38%".
