El sábado el multimillonario Elon Musk sorprendió al anunciar el cierre inmediato de las operaciones de su red social "X" -ex twitter- en Brasil, una decisión cuyo trasfondo tiene directa relación con un juez al que todos los brasileños conocen: Alexandre de Moraes, calificado por el magnate sudafricano como "dictador" y "Darth Vader de Brasil".
El poderoso miembro del Supremo Tribunal Federal (STF) de ese país ha estado involucrado en diversas polémicas en los últimos años y adquirió fama internacional al impulsar varias investigaciones contra del ex mandatario Jair Bolsonaro que ahora están en el ojo del huracán por presuntas irregularidades. Al mismo tiempo, mantiene una pelea abierta contra el hombre más rico del mundo.
El juez brasileño acusa a la red social de incumplir sus órdenes de bloquear cuentas señaladas de desinformación, mientras que Musk se defiende alegando que las "demandas" de Moraes le "exigirían violar (en secreto) las leyes brasileñas, argentinas, estadounidenses e internacionales".
Musk amenazó así con desobedecer las órdenes del tribunal, lo que llevó a este a abrir una investigación en su contra.
El departamento de asuntos gubernamentales globales de X señaló en una publicación que "Moraes amenazó a nuestro representante legal en Brasil con arrestarlo si no acatamos sus órdenes de censura", agregando que "lo hizo mediante una orden secreta, que compartimos aquí para exponer sus acciones”.
En una publicación separada, Musk calificó la decisión de cerrar la oficina de X en Brasil como "difícil". Esto, en todo caso, no significa que el servicio de la red social deje de estar disponible para los brasileños.
No está claro qué tan grande es la operación de X en Brasil. La plataforma tenía alrededor de 20 millones de usuarios activos en el país en el primer trimestre, según la firma de datos Sensor Tower, un 15% menos que el año anterior.
El anuncio del magnate marca el último paso en un historial de enfrentamientos con De Moraes, incluso ha llamado a que sea sacado de su cargo. "No cabe duda de que Moraes debe irse. Tener una 'justicia" que repetidamente viola las leyes no es justicia", sostuvo el dueño de Tesla y SpaceX el sábado, al responder a una publicación que mencionaba una protesta el 7 de septiembre para pedir la renuncia del juez.
De Moraes lleva un buen tiempo luchando para regular las redes sociales. "No podemos caer en este discurso fácil de que regular las redes sociales va en contra de la libertad de expresión", ha declarado en varias oportunidades el juez más famoso de Brasil.
Las redes sociales, a su juicio, son una "tierra sin ley".
El controvertido juez
Para quien acompaña el complejo día a día de la política brasileña, Moraes es un viejo conocido. Para sus admiradores es el "súper juez" que defendió la democracia de los ataques de extremistas. Para sus detractores, es un autócrata que ama el poder.
De Moraes dirige las investigaciones más espinosas sobre los temas más calientes de la actualidad, desde los disturbios del 8 de enero de 2023, que el magistrado trata como un "intento de golpe de Estado"; o la difusión de noticias falsas en las redes sociales, especialmente las que fueron lanzadas contra las urnas electrónicas en 2022, el año en que Jair Bolsonaro perdió las elecciones frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
En este contexto, Moraes ordenó en los últimos años la suspensión de perfiles acusados de difundir desinformación sobre el proceso electoral brasileño.
En este último embate con Musk, no le tembló el pulso a la hora de incluir al empresario sudafricano en la investigación sobre las milicias digitales, que intenta determinar si la difusión de noticias falsas en redes sociales responde a un proyecto delictivo de influir en los procesos electorales.
Llamado 'Robocop' y 'Xandão' por los medios de comunicación, Moraes es considerado un magistrado técnico y, al mismo tiempo, muy combativo, que en los últimos años se ha convertido en el blanco principal del bolsonarismo y en la "bestia negra" del propio Bolsonaro.
De él dependen los principales procesos que pueden complicar la vida del ex mandatario y de sus colaboradores más cercanos. Sin embargo, el magistrado se vio envuelto en una controversia la semana pasado luego de que el diario Folha de Sao Paulo revelara una serie de mensajes entre él y sus asistentes, tanto en el STF como en el Tribunal Superior Electoral (TSE), del que Moraes fue presidente hasta junio de este año.
Los mensajes muestra que el juez solía encargar informes sobre bolsonaristas investigados por el STF a técnicos del TSE, para luego usarlos como base para sus acusaciones. El problema radica en que estos informes que encargó no aparecieron como tal en los juicios, sino que fueron hechos pasar por documentos del propio TSE o como denuncias anónimas.
De Moraes se ha defendido de las acusaciones, lo que no ha apaciguado los llamados a que deje su cargo -en ese contexto se enmarca la protesta del 7 de septiembre a la que reaccionó Musk-.