La huella del estallido: El largo impacto en empleo y ventas de las comunas más afectadas por la violencia
A diciembre de 2023, la actividad de las empresas ubicadas en zonas de la capital donde hubo alta violencia bajó en un 5,5%. Empresas de menor tamaño también apuntan al impacto de la pandemia.
09 de Diciembre de 2024 | 09:46 | Emol, con información de J.P.Palacios de El Mercurio.
Santiago 17 enero 2020.
Manifestantes se enfrentaron a Carabineros en la Plaza Italia a tres meses del estallido social.
El Mercurio
Las cicatrices del estallido de octubre de 2019 todavía se sienten. Las comunas de la Región Metropolitana (RM) más afectadas por hechos de violencia acaecidos en ese período aún no recuperan su actividad económica, ni el nivel de empleo, cinco años después de esa crisis.
Esa es la principal conclusión que arroja un análisis realizado por investigadores del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (Unab).
El informe analizó las denuncias realizadas en la plataforma Sosafe (ver gráfico), indicadores económicos obtenidos del Servicio de Impuestos Internos (SII) -como el número de empresas con actividad económica y las ventas afectas a IVA- y datos de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Se concluyó que las consecuencias de la violencia en la actividad económica de las comunas afectadas en la capital no solo fueron inmediatas, sino que además han perdurado hasta la actualidad.
Metodología de análisis
El estudio separó las comunas de la zona metropolitana en función del número total de reportes de violencia realizados durante el 11 y 24 de octubre de 2019, diferenciando entre aquellas que sufrieron mayor y menor número de agresiones.
Posteriormente, se segmentaron las denuncias por comuna, siendo Santiago (941), Maipú (598) y Ñuñoa (382) las con mayor número de episodios en la RM, mientras que las comunas rurales como El Monte, Talagante e Isla de Maipo fueron las menos violentadas, con cinco denuncias o menos cada una (ver gráfico).
Los resultados de la investigación mostraron que, tras el estallido, las empresas ubicadas en las comunas con mayores reportes de hitos violentos sufrieron una disminución de un 33% en su actividad económica, en comparación a septiembre de 2019, cifra más alta que el 26% experimentado en aquellas menos afectadas durante el mismo período. Asimismo, se indagó en el nivel de ventas afectas a IVA de las empresas.
El reporte consignó que, previo al 18 de octubre, la actividad comercial mostró una tendencia similar tanto en las comunas en las que hubo más denuncias durante el estallido, como en las menos violentadas.
Sin embargo, después de las movilizaciones, las que sufrieron más violencia experimentan una mayor caída. Los datos precisan que, a diciembre de 2023, las ventas de las empresas ubicadas en comunas de baja violencia subieron un 30%, pero en las comunas de alta violencia bajaron en un 5,5%.
Por otro lado, al comparar los niveles de empleo antes y después del estallido en las áreas de análisis, se observó una diferencia entre ambos grupos, aunque levemente menor al impacto en los índices de actividad económica y en las ventas afectas a IVA.
Así, las cifras arrojan que —a junio de 2024— los municipios que sufrieron bajos niveles de violencia han aumentado su nivel de empleo en un 7,5% respecto a septiembre de 2019.
En tanto, en aquellas comunas con alta violencia, el incremento de puestos de trabajo ha sido de solo un 3,6%. Es decir, las zonas que más sufrieron con la violencia mejoraron solo la mitad sus niveles de empleo, en contraste con las que experimentaron menos incidentes.
Medidas a tomar
La investigadora de la Unab, Sandra Bravo, enfatizó en la importancia de impulsar políticas y planes intersectoriales para recuperar las zonas más afectadas.
"Es fundamental que las políticas públicas adopten enfoques integrales que no solo aborden la seguridad desde el punto de vista policial, sino que también promuevan el desarrollo económico en las comunas con altos índices de violencia", dice.
Añade que "esto implica, por ejemplo, complementar medidas como la instalación de cámaras de seguridad y la adquisición de vehículos con la creación de incentivos para el emprendimiento local, el apoyo a programas de capacitación laboral y el fomento de inversiones en las zonas más afectadas".
Por su parte, el presidente de la Asociación de Emprendedores (Asech), Jorge Welch, apuntó al rezago que se mantiene en los comercios de menor tamaño: "Aún no se recupera el sector y las cifras así lo demuestran. Más allá de incentivos, que sin duda son necesarios, hay que atacar la fuente, que es el crecimiento. Sin crecimiento, el consumo se estanca y se mantiene deprimidas a miles de pequeñas empresas".
En tanto, Máximo Picallo, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), suma al mayor deterioro en los comercios el impacto de la pandemia.
"Muchos barrios después del estallido no volvieron a ser lo que eran, se deterioraron y va a costar mucho volverlos a levantar. Si bien el sector gastronómico ha empezado a recuperar algo las ventas, el nivel de endeudamiento que tienen los comercios es bastante importante. No vemos una recuperación en el corto plazo, porque además del estallido, se suma el efecto de la pandemia", dice.
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Fuente: Unab en base a datos de Sosafe. / El Mercurio