A más de un año del inicio de la implementación de la Ley 40 Horas, más de la mitad de las empresas tomaron medidas para reducir la jornada laboral, siendo el viernes el día más corto de la semana para los trabajadores. Así lo reveló una encuesta realizada por Trabajando.com a más de mil personas, la cual muestra cómo los empleadores se están adecuando de manera anticipada a esta reforma que busca mejorar el equilibrio entre la vida personal y el trabajo.
La normativa, promulgada en abril de 2023, establece una disminución paulatina de la jornada laboral semanal de 45 a 40 horas hasta 2028. El primer gran cambio obligatorio será en abril de 2026, cuando las empresas deberán haber reducido al menos tres horas semanales, y finalmente llegar a las 40 horas en abril de 2028.
Aunque los plazos aún otorgan margen, muchas organizaciones decidieron anticiparse para facilitar la transición y responder a las expectativas de sus colaboradores. Los datos indican que el 59% de las empresas optó por esta modalidad como primer paso para adaptarse al nuevo régimen.
El sondeo, también reveló que un 16% de los trabajadores ya opera bajo una jornada de 40 horas, y un 14% aseguró que su empresa ya lo hacía incluso antes de la entrada en vigencia de la ley. Solo un 11% indicó que su compañía ha optado por distribuir las horas a lo largo de la semana, sin alterar los horarios de salida los viernes.
La implementación, sin embargo, no ha sido homogénea. Aunque algunos sectores han podido adaptarse rápidamente, otros enfrentan complejidades mayores por la naturaleza de su operación. Aun así, expertos coinciden en que anticiparse a esta normativa permite ajustarse con tiempo. Además, abre una oportunidad para revisar procesos, repensar liderazgos y rediseñar la cultura laboral.
Una medida con impacto directo en la vida de los trabajadores
“Reducir la jornada los viernes se ha convertido en una de las alternativas más recurrentes, ya que tiene un impacto inmediato en la calidad de vida de las personas sin generar grandes cambios en la operación diaria”.
Rodrigo Gorostiza, gerente de marketing de Trabajando.com
El ejecutivo destacó que esta modalidad se ajusta especialmente bien a rubros donde el ritmo laboral disminuye hacia el final de la semana.
Para María Jesús García Huidobro, gerenta de desarrollo y negocios de Trabajando.com, la percepción de los colaboradores también es un factor relevante. Señala que “tener una empresa que se preocupa por la conciliación de la vida laboral y personal de sus trabajadores los motiva”. Agregó que las compañías que se anticipan pueden acceder al Sello 40 Horas que entrega el Estado, el cual conlleva beneficios en licitaciones públicas, entre otros incentivos.
Desde Talana -software de gestión de talento humano-, su Chief Human Resources Officer, Bárbara Kubler, destaca los efectos a nivel de cultura organizacional. “Cuando una empresa se anticipa a este tipo de transformaciones, lo que consigue es mucho más que cumplimiento, abre espacio para innovar. También se fortalecen los liderazgos, ya que los jefes y jefas dejan de gestionar por presencia y comienzan a liderar por propósito”.
Los desafíos que quedan por superar
No todo ha sido fluido en este proceso. Los expertos indican que los sectores como el retail, la construcción y la manufactura han tenido mayores dificultades para implementar la reducción horaria, principalmente por sus esquemas de turnos y la presión sobre la productividad.
“La disminución de los horarios tiene un desafío mayor, también el manejo de la productividad en una jornada más reducida”, detalló García Huidobro, quien también llamó a las empresas a apoyarse en herramientas tecnológicas y procesos más eficientes.
¿Y qué pasa con la medida estrella de la transición? Acortar la jornada los viernes es el cambio más adoptado de la nueva jornada, pero no está claro si será una solución permanente o un puente hacia un modelo más profundo. Para algunas empresas, comenzó como un beneficio puntual, pero ha ganado terreno por su efecto positivo en los equipos.
“Muchas empresas han implementado una jornada más acotada los días viernes desde hace algunos años (…) se percibe como un beneficio de alto valor que acorta la semana y permite un fin de semana más largo”, señala García Huidobro. Eso sí, advierte que requiere organización y una correcta coordinación con clientes y proveedores, ya que “los viernes en la tarde es difícil poder cerrar acuerdos o tomar decisiones relevantes”.
Kubler también reconoce su valor como punto de partida, y añade que “puede ser una excelente puerta de entrada. Lo importante es que esta medida no sea aislada, sino parte de un proceso de transformación más profundo”. Agrega que cuando se gestiona con planificación y foco en resultados, “puede mantenerse en el tiempo sin afectar el desempeño”.
¿Cómo avanzar en la adopción de la norma?
A medida que se acerca la obligatoriedad de las 42 horas en 2026 y las 40 en 2028, el llamado de los expertos es no dejar la adaptación para última hora. “Mi consejo siempre es el mismo, no esperen al último momento. Recomiendo comenzar con un diagnóstico participativo, que les permita identificar cuellos de botella, áreas críticas y oportunidades de mejora”, dice Kubler. A partir de ahí, se puede avanzar con pilotos, ajustes en los turnos y una mejor medición del rendimiento.
Desde Trabajando.com coinciden en que el camino correcto es con los trabajadores a bordo. “Dentro de lo posible, hacer parte de la conversación a los equipos de trabajo y/o sindicatos, tener una comunicación clara de los cambios, los plazos e implicancias, para que no genere ansiedad o desconcierto”, sugiere García Huidobro.
