"Hemos alcanzado un marco para aplicar el consenso de Ginebra", sostuvo el martes el secretario del Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, tras dos maratónicas sesiones negociadoras con representantes de China llevadas a cabo en Londres. Esto, con miras a desescalar el conflicto arancelario entre ambas potencias y avanzar hacia una "paz comercial".
"Un gran triunfo" para ambas naciones, calificó el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su red social, lo que da esperanzas de una baja en la tensión de la guerra tarifaria que ha convulsionado a los mercados y a la economía global.
Las economías de ambas naciones se han visto impactadas por este conflicto que abrió Trump a inicios de abril, cuando anunció aranceles a todos sus socios comerciales en lo que denominó "el día de la liberación".
El impacto de las restricciones a las exportaciones estadounidenses, diseñadas para mantener las tecnologías sensibles fuera del alcance de Beijing, y por otro, la necesidad de Washington de acceder a tierras raras, que son clave para el desarrollo de procesos industriales y tecnológicos, han impulsado la necesidad de avanzar en un acuerdo, que consta, por ahora, de cinco ejes principales.
Equilibrar relaciones
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, consideró que es posible reequilibrar las relaciones económicas con China tras el acuerdo "marco", algo que la nación norteamericana puso como condición desde la llegada de Trump al poder.
"Si China corrige el rumbo cumpliendo con su parte del acuerdo comercial inicial que delineamos en Ginebra (...) entonces el reequilibrio de las dos economías más grandes del mundo es posible", declaró Bessent.
Aseguró, además, que Washington levantará sus medidas una vez que China actúe.
Tierras raras
China y Estados Unidos acordaron reducir sus aranceles de tres dígitos en mayo,durante unas negociaciones en Ginebra, pero la distensión se resquebrajó después de que Trump acusara a China de violar el acuerdo.
A Washington le preocupaba la disminución del suministro de tierras raras después de que, a principios de abril, Beijing comenzara a exigir a los exportadores nacionales que solicitaran una licencia, lo que se consideró una respuesta a los aranceles estadounidenses.
Las tierras raras son metales que se utilizan en todo tipo de productos, desde vehículos eléctricos hasta discos duros, turbinas eólicas y misiles.
En un mensaje en Truth Social, Trump afirmó que China suministrará "imanes completos y cualquier tierra rara necesaria (...) por adelantado". Si China cumple y aprueba todas las licencias de minerales críticos para empresas estadounidenses, se levantarán al menos algunas de las restricciones recientes, como los controles de exportación estadounidenses.
Visas a estudiantes chinos
Poco antes de las negociaciones en Londres, Washington había enfurecido a Beijing al amenazar con revocar las visas de los estudiantes chinos, una importante fuente de ingresos para las universidades estadounidenses.
El miércoles, Trump declaró que “le proporcionaremos a China lo acordado, incluyendo el acceso de estudiantes chinos a nuestras universidades”.
Nuevos aranceles
El acuerdo alcanzado implica que Estados Unidos aplicará aranceles del 55% a los productos chinos, una combinación de sus gravámenes adicionales del 30% y el promedio aproximado de las tarifas aduaneras preexistentes, informó un funcionario de la Casa Blanca.
China cobraría aranceles del 10% a los productos estadounidenses. El vice primer ministro chino, He Lifeng, quien encabezó el equipo en Londres, enfatizó que las dos partes deben fortalecer la cooperación.
"Como siguiente paso, ambas partes deberían (...) seguir mejorando el consenso, reducir los malentendidos y fortalecer la cooperación", declaró He Lifeng, según la cadena estatal CCTV.
Abrir el comercio
"El Presidente Xi y yo vamos a trabajar en estrecha colaboración para abrir China al comercio estadounidense", afirmó Trump.
"¡Esto sería una gran victoria para ambos países!", resaltó.