Los delincuentes entran a las instalaciones de las empresas en lugares remotos y roban cables de cobre, paneles solares, camionetas, combustible y hasta cercos.
El Mercurio
En el norte de Chile aún domina el robo de cables, pero en último tiempo los delincuentes han diversificado sus crímenes. En ocasiones, desmontan torres de alta tensión, en busca del acero. Otro botín corresponde a paneles solares que en los últimos años han poblado sectores del desierto de Atacama donde antes sólo brillaban las rocas. En Enel lo han experimentado y, además, grabado con sus cámaras. "Cables de cobre, paneles solares, camiones y camionetas son los principales objetivos de estos grupos organizados que han incrementado sus delitos", dice Andrés Pinto, responsable de Seguridad de Enel. Sólo esta empresa ha debido desembolsar entre 2023 y lo que va de este año US$ 3,8 millones por reparaciones derivadas de estos delitos.