Una idea universitaria, dos hermanos y tres tiendas: La historia de la marca de ropa chilena Toke

Toke es una marca de ropa Chilena que nace desde la pasión por los fierros, las motos vintage, la vida playera y el arte. No es solo ropa: es una forma de expresar una actitud: auténtica, fuera de lo que normalmente se ve en el retail chileno.

Nacemos desde la necesidad de crear productos para quienes, como nosotros, conectan con un espíritu activo e inquieto. Para los que están en constante movimiento y buscan prendas versátiles, cómodas y resistentes para acompañarlos todos los días sin perder la autenticidad ni el estilo.

Toke parte como un proyecto universitario el año 2012, cuando hacíamos polerones de chiporro a pedido, que al poco tiempo se volvieron un boom. Luego de algunos años con la marca en pausa, junto a Diego, mi hermano, reactivamos Toke en 2019.

A pulso y con muchas ganas, comenzamos a aprender del negocio, desarrollando nuevas colecciones y formando un equipo. Eso hoy se ha traducido en un mayor mix de productos, tiendas propias, presencia en tiendas departamentales y una identidad de marca cada vez más consolidada.

El capital inicial vino de apoyo familiar y de la reinversión de todo lo que íbamos generando. Cuando el proyecto empezó a crecer, llegó el momento de golpear algunas puertas y pedirle una mano al banco.

Hoy, Toke se financia en parte con las utilidades del negocio y, en parte, con apoyo financiero de los bancos.

Toke funciona bajo un modelo DTC (directo al consumidor), combinando ventas online a través de toke.cl con tiendas físicas propias. Esto nos permite tener control total sobre la experiencia de marca: desde el diseño, hasta cómo llega el producto final al cliente, asesorándolo y acompañándolo en todo el proceso.

Diseñamos nuestras colecciones de manera in-house, con una propuesta clara de identidad y un foco constante en la calidad que queremos alcanzar. Trabajamos con dos temporadas principales al año, pero también dejamos espacio para lanzamientos más ágiles, como drops de poleras u otros productos clave.

Nuestro público objetivo son principalmente hombres que valoran el diseño, la autenticidad y la comodidad. Llevan un estilo de vida activo, sienten gusto por diferentes deportes, y buscan verse bien sin esforzarse demasiado. Les gusta lo simple, pero con actitud, prefieren marcas con personalidad, alejándose de lo genérico que ofrece el retail tradicional. Se mueven entre la ciudad, la playa o la ruta, y necesitan ropa que los acompañe en ese ritmo, que sea versátil, resistente y con estilo.

Estos últimos años han surgido varias marcas nacionales con las que compartimos público, y sin bien algunos productos pueden parecer similares, cada una ha desarrollado una identidad de marca y propuesta de diseño bien definida. Entre ellas podemos mencionar a Kaya Unite, Black Bubba, Froens, Gnomo o Wild Lama, que son con las que compartimos espacios en centros comerciales y tiendas departamentales.

Para mi, la apertura de cada tienda es un paso clave y un tremendo desafío. Lo mismo pasa cuando vamos creando y probando con nuevas categorías de producto. Así como cuando definimos una nueva integración al equipo, cada persona que se une es clave para el negocio.

Nuestra misión es seguir creciendo sin perder de vista lo que hace único a Toke: la autenticidad, el diseño con carácter y la conexión con nuestros clientes. Queremos escalar, pero siempre manteniendo nuestra esencia y fortaleciendo el trabajo en equipo, que para nosotros es fundamental.

A nivel más personal, como emprendedor: Busco aprender a delegar mejor, a profesionalizar cada área del negocio sin perder la creatividad, que creo que es clave. También trabajo en entender cada vez más a fondo a nuestro cliente: qué quiere, qué valora y qué espera de nuestra marca, para poder responderle de la mejor manera.

Mi propósito en Toke es construir una marca con identidad real, que conecte con una comunidad inquieta y en movimiento. Que quienes eligen Toke no solo encuentren productos que acompañen su estilo de vida activo, sino que también se sientan parte de una forma distinta de hacer las cosas: con actitud, con energía y alejados de lo típico y lo cotidiano.

A largo plazo, me gustaría que Toke se convierta en el centro de un ecosistema: una comunidad de marcas, espacios y experiencias con sentido, diferentes, que inviten a nuestros clientes a ser parte de este movimiento.

Uff, hay riesgos en todo sentido, y justamente eso le da el toque de adrenalina a este negocio. Tomamos riesgos cada vez que desarrollamos un producto: si va a gustar o no, si llegará con la calidad que definimos, si estará a tiempo. También hay riesgos en cómo comunicamos y en las acciones que tomamos, porque definen nuestra identidad. Aunque hacemos un tremendo trabajo y cuidamos cada detalle, sabemos que los errores pesan: las personas son muy sensibles a ellos y no dudan en hacértelos saber.

Y, por supuesto, están los riesgos financieros, económicos y externos —una pandemia, un terremoto, contextos país—, que no se pueden controlar. Pero la experiencia y la historia nos han ayudado a reducir su impacto y a tomar mejores decisiones.

Admiro a los grandes emprendimientos que se han transformado en marcas reconocidas y posicionadas. No es fácil ser consistente día a día y ponerle el hombro a los problemas que van surgiendo todo el tiempo.

Personalmente, me veo más rodeado de un equipo sólido, donde yo pueda enfocarme 100% en la visión creativa y el desarrollo de la marca, sin tener que estar metido en todo. Viviendo este proyecto con la misma pasión que hoy… pero más enfocado, más pro, y con más kilómetros recorridos.

Creo que NotCo es un tremendo referente a nivel mundial para el país. Hacen cosas de manera diferente, robustas y rompiendo esquemas. En cuanto a marcas más tradicionales, admiro mucho el recorrido de Copec.

Creo que más que un buen lugar para invertir, Chile es un buen lugar para probar cosas nuevas. El público es exigente, les gustan las cosas nuevas y siempre busca innovación.

Creo que en nuestro caso no es un obstáculo mayor. Hay muchos procesos que cumplen su función y obviamente otros procesos que son mejorables.