Los hogares chilenos vieron un incremento en sus ingresos en el primer trimestre de 2025, lo que provocó una fuerte alza del consumo y una baja en su tasa de ahorro, sumado a un leve aumento en su nivel de endeudamiento.
Lo anterior, según reveló el informe de Cuentas Nacionales por Sector Institucional publicado esta mañana por el Banco Central.
En concreto, el análisis dio cuenta que a nivel agregado, la economía chilena registró una tasa de ahorro de 21,6% del PIB, levemente inferior en 0,2 puntos porcentuales al cierre del trimestre anterior.
Este resultado se debió a un crecimiento del consumo (7,5%) por sobre el crecimiento del ingreso nacional (6,3%).
Según la entidad que lidera Rosanna Costa, la disminución en el ahorro fue explicada por una caída en los aportes de las empresas no financieras y, en menor medida, de los hogares, lo que fue parcialmente compensado por un mayor ahorro en las sociedades financieras y el Gobierno.
La combinación entre menor ahorro e inversión bruta estable llevó a que la economía exhibiera una necesidad de financiamiento de 1,5% del PIB, superior en 0,1 puntos respecto al cuarto trimestre de 2024.
Por sectores, también se registró un aumento en el déficit de las empresas no financieras y una baja en la capacidad de financiamiento de los hogares, mientras que las sociedades financieras mejoraron su posición y el Gobierno redujo su necesidad de recursos.
El detalle de hogares
Con todo, el documento señaló que el ingreso disponible bruto de los hogares aumentó 5,3% anual en comparación con igual período de 2024.
Este crecimiento se explicó principalmente por las rentas de la producción —que incluyen salarios e ingresos de trabajadores independientes— las cuales subieron 5,1% en el año, aportando 4,4 puntos porcentuales al total.
A esto se sumaron las rentas de la propiedad, a través de los retiros de utilidades, que incidieron positivamente en 2,5 puntos. No obstante, el efecto fue parcialmente contrarrestado por una caída en las transferencias corrientes netas recibidas, las que incidieron negativamente en 1,1 puntos porcentuales.
Además, el consumo final efectivo de los hogares registró un fuerte dinamismo, con una expansión anual de 8,1%. Este mayor ritmo del gasto en consumo por sobre el ingreso disponible generó una contracción en la tasa de ahorro del sector, la que cayó 0,3 puntos porcentuales, situándose en 5,4% del PIB.
El Banco Central sostuvo que como las tasas de inversión y transferencias de capital se mantuvieron estables, "los Hogares alcanzaron una capacidad de financiamiento de 3,3% del PIB, menor en 0,3pp. respecto al trimestre anterior".
Desde la perspectiva financiera, esta menor capacidad de financiamiento tuvo un correlato directo en el comportamiento de activos y pasivos. El instituto emisor explicó que "se reflejó en un aumento en la contratación de pasivos, mayormente préstamos de largo plazo".
Al mismo tiempo, se registró una menor adquisición de activos, en particular cuotas de fondos del mercado monetario y no monetario. Sin embargo, esta caída fue parcialmente compensada por una recuperación en las inversiones en efectivo y depósitos.
En términos de balance, los hogares cerraron el trimestre con una riqueza financiera neta de 119,9% del PIB, cifra que representa una baja de 0,5 puntos porcentuales respecto al cierre del cuarto trimestre de 2024.
Este retroceso fue explicado principalmente por una disminución en el saldo de acciones y otras participaciones de capital, así como también en efectivo y depósitos. Estos efectos, sin embargo, fueron compensados en parte por el incremento en los saldos de fondos de pensiones.
El informe también destaca que la deuda total de los hogares se situó en 47,3% del PIB, aumentando en 0,1 puntos porcentuales en comparación a diciembre de 2024.
Este alza se explicó por "el mayor saldo de préstamos obtenidos a través de las compañías de seguros y de otros intermediarios de crédito", mientras que la deuda bancaria se mantuvo estable en 35,4% del PIB.