MetroPago salió al paso de las críticas de firmas fintech, emisores de tarjeta y de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), que han apuntado a que el ingreso de la filial de Metro al mercado de los medios de pago le otorga una ventaja injusta y con ello afectaría la competencia.
Esto, por tener la posibilidad del uso exclusivo de la infraestructura del Metro -financiada con recursos públicos- lo que le permitiría bajar los costos, a diferencia de los otros emisores.
"El modelo presentado por Metropago para evaluación del TDLC no restringe la competencia y se basa en el propósito de hacer más simple y accesible la vida diaria de las personas, especialmente de quienes utilizan el transporte público como parte esencial de su rutina", indicó MetroPago en un comunicado.
"En Chile -añadió- existe más de una decena de emisores autorizados para operar tarjetas prepago y MetroPago viene a sumarse como una alternativa adicional, ampliando las opciones disponibles para los usuarios y permitiéndoles acceder a servicios que los benefician enmarcado en su propósito de integrar a las personas a un mundo en movimiento".
Recordó además que la consulta ante el TDLC -instancia que sucsitó las críticas- "tiene el objetivo de fijar condiciones generales para un servicio complementario que se relaciona al uso de boleterías de Metro por parte de otros emisores distintos a Metropago".
Esto, indicó, "bajo reglas claras y no discriminatorias que fomenten la libre competencia, tal como la ley lo exige".
Por último, aclaró que la consulta no condiciona "ni interfiere de ningún modo la autorización operativa ya otorgada" por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF)".
