En un nuevo giro de la política comercial de Estados Unidos, el presidente Donald Trump anunció esta semana una serie de aranceles aplicados a productos extranjeros, reafirmando su compromiso con una "agenda proteccionista" para el país norteamericano.
La medida incluye ajustes a los gravámenes impuestos principalmente a bienes provenientes de China, Europa y otros socios comerciales clave, argumentados bajo la idea de "proteger la industria nacional" y "equilibrar la balanza comercial".
Desde el lunes el presidente estadounidense ha anunciado a una veintena de países, principalmente asiáticos, las tasas que aplicará a sus bienes a partir del 1 de agosto. Estos oscilan entre el 20% y el 50%, a menos que dé una sorpresa y decida posponerlos nuevamente.
Entre los que esta semana han recibido misivas por parte del estadounidense se encuentran Japón, Corea del Sur, Birmania, Laos, Camboya, Tailandia, Serbia, Bangladesh, Indonesia, Sudáfrica, Bosnia y Herzegovina, Túnez, Kazajistán, Malasia, México y la Unión Europea.
En el caso de Brasil los aranceles, del 50%, se justificaron en represalia por el juicio al expresidente Jair Bolsonaro.
India, Taiwán y Chile, entre otros, aún no conocen el posible recargo sobre sus bienes. Según detalló Trump, las futuras cartas impondrán tasas de entre el 15% y el 20%.
Según un análisis del Budget Lab de la Universidad de Yale, con los nuevos aranceles de Trump el promedio de tarifas aduaneras se ha multiplicado por cinco y sería el más alto desde 1936.
En este escenario, la comunidad internacional mira con atención los pasos del mandatario, cuya influencia ha provocado cada día un nuevo anuncio de aranceles que impacta en la economía a nivel mundial.
Estos son los recargos por países o sectores anunciados hasta la fecha.
Nuevo golpe a México y UE
El anuncio más reciente ocurrió este sábado, donde Trump anunció que impondrá aranceles del 30% a México y a la Unión Europea que entrarán en vigor el 1 de agosto.
En dos cartas publicadas en su plataforma Truth Social, el mandatario aludió al papel de México en la introducción de drogas ilegales en Estados Unidos y al desequilibrio comercial con la UE, respectivamente.
En una misiva dirigida a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, Trump explicó que estos aranceles podrían modificarse, "al alza o a la baja", dependiendo de las relaciones entre Estados Unidos y México.
30%de aranceles se impondrán a México y a la Unión Europea a partir del 1 de agosto.
En ese contexto, Trump reprendió a México por su "fallo en detener a los carteles, que están compuestos por la gente más despreciable que ha caminado la Tierra, y las drogas que fluyen hacia nuestro país".
También señaló que si por alguna razón México decide aumentar sus aranceles en represalia, EE.UU. añadirá la cantidad que su vecino decida al arancel del 30%.
Además, sostuvo que México ha "ayudado a Estados Unidos a proteger la frontera, pero lo que México ha hecho no es suficiente" y tiene que hacer más por "proteger la frontera" y por impedir la llegada de la droga del fentanilo a Estados Unidos.
"Si México logra desafiar a los carteles y detener el flujo de fentanilo, consideraremos ajustar esta carta", cerró el presidente estadounidense.
En un comunicado conjunto, las secretarías de Relaciones Exteriores (SRE) y Economía (SE) mexicanas detallaron que desde el 11 de julio pasado una delegación mexicana estableció "una mesa de trabajo permanente binacional", en la que mencionaron que la aplicación de gravámenes "era un trato injusto y que no estábamos de acuerdo".
Ante ello, se acordó "que la primer gran tarea" de la mesa sería tener "una alternativa que permita proteger empresas y empleos en ambos lados de la frontera" antes de la fecha de la imposición de los aranceles. "Es decir, México ya está en negociaciones", zanjaron desde ambas secretarías.
En el mismo anuncio fijó aranceles del 30% a la UE, una cifra considerablemente mayor que el impuesto del 20% que Trump dio a conocer en abril para el bloque.
La respuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue que "imponer aranceles del 30% sobre las exportaciones de la Unión Europea (UE) alteraría las cadenas de suministro transatlánticas esenciales, en detrimento de las empresas, los consumidores y los pacientes a ambos lados del Atlántico".
"Seguimos dispuestos a continuar el trabajo hacia un acuerdo antes del 1 de agosto. Al mismo tiempo, tomaremos todas las medidas necesarias para salvaguardar los intereses de la UE, incluida la adopción de contramedidas proporcionales si es necesario", añadió.
El caso de Brasil
Con Brasil, Trump usó los aranceles como arma política. El miércoles, el gigante sudamericano se sorprendió al enterarse de que sus productos estarían sujetos a un arancel del 50%.
Trump protestó por el juicio al expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, acusado de intento de golpe de Estado. Lo considera una "caza de brujas".
"La forma en la que Brasil ha tratado al expresidente Bolsonaro (...) es una vergüenza internacional. Este juicio no debería estar ocurriendo. Es una cacería de brujas que debe terminar inmediatamente", escribió Trump en una carta dirigida al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Lula advirtió que podría tomar represalias. "Pero si no hay negociación, la ley de reciprocidad será puesta en práctica. Si él nos cobra 50%, nosotros le cobramos 50% a él", declaró en una entrevista con el canal Record TV.
En ese mismo anuncio, Trump señaló que impondrá una tasa del 30% a Argelia, Libia, Irak y Sri Lanka, con aranceles del 25% a los productos de Brunei y Moldavia y una tasa del 20% a los productos de Filipinas.
Los impuestos se ajustan en gran medida a las tasas que Trump había anunciado inicialmente en abril, aunque los aranceles de Irak se han reducido del 39% y los de Sri Lanka del 44%.
Aranceles a sectores
Además de los países, varios sectores considerados esenciales están protegidos por tarifas aduaneras. Es el caso del acero y el aluminio, con un recargo del 50%, la industria automotriz (25%) y, a partir del 1 de agosto, el cobre (50%).
Al mismo tiempo la Casa Blanca inició el proceso que podría conducir, en pocos meses, a la implementación de recargos específicos para la madera de construcción, los productos farmacéuticos, los semiconductores y minerales críticos.
El presidente estadounidense también puso fin a una exención de impuestos para paquetes de menos de 800 dólares provenientes del extranjero, un dispositivo ampliamente utilizado por los grupos chinos Temu y Shein.
Impacto en Chile
Gran preocupación en Chile provocó el arancel del 50% impulsado por Donald Trump a las importaciones de cobre, que según se reveló hoy, irían al metal refinado.
Esto afectaría directamente a la industria nacional, dado que Chile es el principal proveedor del metal rojo refinado a Estados Unidos, pero este también importa de Canadá, México, Perú y República Democrática del Congo, entre otros.
Al respecto, el canciller de Chile, Alberto van Klaveren, afirmó el pasado jueves que "Estados Unidos va a necesitar nuestro cobre porque es de alta calidad y es esencial justamente para los proyectos de reindustrialización que tiene la Administración de Estados Unidos".
Según datos de EFE, en total, Chile envía a Estados Unidos el 11,3% de su producción anual, lo que equivale aproximadamente a 500.000 toneladas, de las cuales el 70% es producido por la estatal Codelco, la mayor cuprífera del mundo.
Van Klaveren afirmó que el Gobierno aún está "a la espera" de que le llegue su ansiada carta para conocer el detalle y las condiciones de la orden ejecutiva que implementa el arancel. Mientras tanto, se han convocado varias mesas de trabajo interdisciplinares, que incluyen también a las principales mineras.
"El Presidente (Gabriel Boric) ha insistido mucho en enfrentar la situación con espíritu de unidad nacional y esperamos que todos los sectores puedan comprender los alcances de esta medida", agregó el canciller.
En tanto, ayer el propio Mandatario abordó el tema en un acto de conmemoración de los 54 años de la nacionalización del cobre en Chile desde la mina El Teniente de Codelco.
Al respecto, llamó a la comunidad internacional a no poner "trabas ni penalizaciones" al cobre y aseguró que Chile está preparado para "enfrentar las contingencias y vaivenes de este mundo turbulento".
"Vamos a seguir vendiendo cobre de alta calidad a todos los países que quieran seguir comprando cobre de alta calidad", señaló el Mandatario.
Los primeros aranceles
Desde principios de abril los productos que entran en Estados Unidos están sujetos a aranceles de un mínimo del 10%, un aumento significativo en comparación con el promedio del 2,5% aplicado hasta finales de 2024.
Trump anunció aranceles que oscilaban entre el 11% y el 48% el 2 de abril, pero los suspendió al día siguiente durante 90 días para dar margen a negociaciones comerciales. En ese tiempo solo se han firmado dos acuerdos: con el Reino Unido y Vietnam.
La fecha de entrada en vigor, prevista para el 9 de julio, se aplazó finalmente para el 1 de agosto.
Cabe señalar que para China, Canadá y México, los aranceles no son "recíprocos". Según Trump, se los impone para incitarlos a combatir más el tráfico de fentanilo, un potente opioide que causa una grave crisis sanitaria en Estados Unidos. En el caso de Canadá y México se suma también para que aumenten la lucha contra la inmigración ilegal.
Para Canadá y México los aranceles eran del 25%, e incluso del 35% a partir del 1 de agosto para Canadá, acusado por el presidente estadounidense de tomar medidas de represalia. En tanto, como ya se mencionó, los del país liderado por Claudia Sheinbaum cambiaron hoy.
Eso sí, solo se aplican a productos que no entran a Estados Unidos bajo el Tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC), es decir una minoría. Además, el petróleo y la potasa solo están gravados con un 10%.
Para China, la tasa aplicada fue del 20% y luego del 30% el 2 de abril, con un 10% adicional sobre todos los productos que entran en Estados Unidos. Esto se suma a los aranceles preexistentes sobre varios productos antes del mandato de Donald Trump.
Pekín y Washington entraron entonces en una espiral de represalias, antes de acordar reducir sus respectivos aranceles: China cobrará 10% y Estados Unidos 30%, al menos hasta mediados de agosto, mientras se negocia un acuerdo comercial.
