Donald Trump podría encontrarse a un difícil rival en Brasil. Y esto quedó de manifiesto luego de que el presidente norteamericano anunciara aranceles de 50% a las importaciones de Brasil a partir del 1 de agosto.
Es que el mandatario del país sudamericano, Lula da Silva, respondió enérgico. Comunicó que si EE.UU. impone las tasas, Brasil responderá con medidas recíprocas. Y que además llevará adelante acciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las respuestas de Lula -dada la relación comercial entre ambos países- podrían disuadir a Trump de de seguir adelante con su estrategia, han señalado expertos.
El anuncio de Trump fue polémico. Es que parece impulsado por razones políticas, más que por lógica económica racional. En concreto, ha sido interpretado como una respuesta política directa a la situación judicial que vive el expresidente Jair Bolsonaro.
"La forma en la que Brasil ha tratado al expresidente Bolsonaro (...) es una vergüenza internacional. Este juicio no debería estar ocurriendo. Es una cacería de brujas que debe terminar inmediatamente", dijo Trump la semana pasada.
Pero, ¿por qué sería difícil para EE.UU. enfrentarse a Brasil en una guerra arancelaria?
Las razones
"El Gobierno de Brasil no puede hacer lo que Trump quiere. Lula no le va a decir qué hacer al Supremo Tribunal Federal y es muy probable que aplique represalias", dijo a CNN el economista y consultor André Perfeito.
Indicó sobre Trump, además, que "sabemos que cambia mucho su forma de pensar. No creo que mantenga su palabra".
Además de la actitud del presidente de Brasil, el país tiene varias ventajas que le dan margen de maniobra. Una de ellas: China. Se trata de su mayor socio, seguido por la Unión Europea. Solo el 11% de sus exportaciones van a EE.UU., mientras que más del 30% van a China.
Brasil, por otro lado, cuenta con una ley de reciprocidad comercial (2025), que autoriza aranceles equivalentes sin necesidad de pasar por nuevos trámites legislativos. Esto permite a da Silva poder tomar cartas en el asunto con rapidez.
Por otro lado, Brasil es líder mundial en exportación de ciertos productos sensibles para EE.UU. Y cerca del 90% del jugo que se consume en EE.UU. viene de Brasil. Ya ha subido un 25% en el mercado de futuros.
La carne, el café y el azúcar son commodities donde Brasil no tiene reemplazo rápido para EE.UU.
Asimismo, debido y por pertenecer al grupo de los BRICS, Brasil ha fortalecido vínculos comerciales con China y Rusia, e incluso maniobra hacia el uso de monedas locales en vez del dólar.
En la práctica, se está apoyando en otros destinos y monedas para reducir su dependencia del mercado estadounidense.
Además, EE.UU. tiene superávit comercial (de US$43.000 en la última década) en su relación con Brasila diferencia de los otros países que recibieron cartas de Trump la semana pasada.
Elizabeth Johnson, analista de TS Lombard, señaló la semana pasada a Aljazeera que "Brasil ha tenido históricamente un pequeño déficit comercial con EE.UU.… Es mucho más político… parte del esfuerzo de la familia Bolsonaro para que Trump influya en el juicio".
"Este tipo de amenazas puede hacer que Brasil se enfoque en otros países para su comercio internacional. No es que puede deshacerse del comercio que tiene con Estados Unidos, pero puede empezar a mirar otros mercados", indicó a CNN, por su parte, Francisco Sánchez, exsubsecretario de Comercio de Estados Unidos.
Recalcó además que habría un costo para los consumidores estadounidenses. "Un tercio del café que importa Estados Unidos es de Brasil. ¿La sociedad estadounidense va a aceptar ese aumento? Queda evidente que no puede dar buenos frutos para ellos", comentó.